¿Es el castellano una lengua machista?
Lenguaje machista: ¿Por qué seguimos empleando el castellano de forma machista?
El uso sexista del lenguaje ha sido un tema muy debatido en los últimos años. La escritora María Irazusta acaba de publicar un libro llamado 'Eso lo será tu madre', que reabre el debate sobre el machismo en el lenguaje, algo que tenemos tan asumido, que es difícil de cambiar. Zorro, hombre público, fulano, golfo, lobo e infinidad de adjetivos para el hombre que, si le cambiamos el género, pasan a ser directamente un insulto para la mujer. Zorro es un hombre astuto, mientras que una zorra es una prostituta. Igual pasa con fulano, que se refiere a un hombre desconocido, mientras que fulana vuelve a ser una prostituta. Susana Guerrero Salazar, profesora en la Universidad de Málaga y autora de distintas publicaciones relacionadas con el uso del lenguaje, declara que 'la gente desconoce el tema del sexismo lingüístico y parte de muchos prejuicios. La mayoría piensan que utilizar un lenguaje igualitario es desdoblar constantemente'. Pero claro, hablar de 'alumnos y alumnas', 'usuarios y usuarias' o 'ciudadanos y ciudadanas' no soluciona el problema. Que en castellano existan 50 palabras para llamar a una mujer 'puta' sigue siendo preocupante.
Miley Cyrus lengua con lengua con Cara Delevingne Una mujer se cose la lengua para adelgazar
Tampoco nos olvidemos de los refranes y frases hechas. La cultura popular ha hecho de nuestra lengua, o mejor dicho, del uso que le damos, algo en beneficio del hombre. Los genitales del hombre siempre tienen connotaciones positivas y reafirman su supremacía frente a las mujeres, por ejemplo, esto es 'la polla' o es 'cojonudo'. Pero si ahondamos más en los refranes populares aún se hace más explícito, encontrando incluso alusiones a la violencia de género en refranes como 'A la mujer y a la burra, cada día una zurra'. Como apunta Susana Guerrero Salazar, 'La lengua española no es machista, como no es racista ni homófoba. Es el uso que hacemos de ella lo que determina el carácter del discurso. Es una herramienta y, como tal, podemos utilizarla bien o no'. Está en nosotros cambiarlo.
¿Hasta cuándo seguiremos utilizando este lenguaje machista? Quizás sea el momento de cambiar algunas cosas.