4 métodos científicos para mejorar la memoria
Desde que Kourt nos introdujo en el neurofeedback, tenemos la salud cerebral en el, bueno, cerebro.
No hace falta que le digamos lo importante que es tener un cerebro sano. (Podría decirse que es algo... obvio).
Este órgano tan trabajador consume el 20% de nuestra energía en reposo y, cuando realizamos una tarea, ese porcentaje aumenta un cinco por ciento. Controla todo, desde las emociones hasta el movimiento y los recuerdos.
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Nuestros recuerdos son tanto prácticos (encontrar las llaves del coche) como personales (nuestro sentido del yo), y es fácil darlos por sentados. Pero en los últimos años, las investigaciones sugieren que nuestra capacidad para recordar cosas está empeorando por diversas razones, entre ellas la dependencia de los smartphones y la pandemia.
Por eso, hoy vamos a ver algunas formas respaldadas por la ciencia de mejorar la memoria.
El ejercicio es bueno para el cerebro en general, pero incorporar el entrenamiento a intervalos a tu rutina de fitness tiene varios beneficios.
Un estudio de 2022 descubrió que sólo seis minutos de entrenamiento a intervalos de alta intensidad aumentan el nivel en sangre del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una molécula relacionada con el aprendizaje y la memoria.
El entrenamiento por intervalos también pone a trabajar el cerebro, ya que hay que controlar las repeticiones y/o el tiempo y cambiar de una actividad a otra. Básicamente, mantienes el cerebro alerta (¿giro precentral?).
Esta verdura crucífera es una fuente sorprendente de ácidos grasos omega-3, uno de los nutrientes más importantes para la salud cerebral. Estas grasas insaturadas saludables se han relacionado con niveles más bajos del péptido que causa la enfermedad de Alzheimer.
Otras buenas fuentes de omega-3 son los pescados grasos como el salmón y el bacalao, las nueces, las semillas de lino y las semillas de chía.
A veces, hay que ser repetitivo. El hipocampo interviene en muchas cosas, incluida la memoria. Su función es almacenar nuestros recuerdos a corto plazo y transferirlos a la memoria a largo plazo. Este estudio descubrió que aprender algo seis veces activaba el hipocampo de forma más eficaz que hacerlo una sola vez. También aumentaba la conectividad del hipocampo con otras regiones del cerebro, lo que se traducía en una recuperación más satisfactoria de la memoria.
O simplemente un paseo, que también funciona. La actividad aeróbica aumenta el tamaño del hipocampo y mejora la memoria. Esto es especialmente importante porque, a medida que envejecemos, el hipocampo empieza a reducirse. Pero las investigaciones han demostrado que los adultos que caminan más de 4.000 pasos al día mejoran su función cognitiva. Así que saca tu monitor de fitness favorito y ponte a caminar. Tu cerebro te lo agradecerá.