6 motivos para NO usar chanclas de dedo

Parecen cómodas pero... ¿cuáles son los inconvenientes de las chanclas de dedo? 

Hay de todos los colores, sirven para todo, dejan a la vista tu pedicura y, con un poco de suerte, no tendrás que quitártela en los tres meses de verano. ¿Es bueno llevar siempre chanclas de dedo? Si eres de las que más que llevarlas parece que se las tatúa, echa un vistazo a estos 6 motivos para no usar chanclas de dedo.

1. Esguinces y tendinitis: al no tener apenas sujeción, el pie puede moverse con total libertad, lo que puede provocar tendinitis y esguinces en el tobillo.

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2. ¡Cuidado con los deditos!: Los dedos, sobre todo el meñique y el dedo gordo, están expuestos a todo. Como no estamos acostumbrados a llevar los dedos al aire, los pobres suelen llevarse un montón de golpes. 

3. ¿Dedos garra?: como toda la sujeción de la chancla de dedo recae en los dedos, esto favorece a los 'dedos garra'.

4. El sudor: la mayoría de estas chanclas suelen ser de plástico o materiales no demasiado buenos, por lo que hacen que el pie sude mucho más. Además, el sudo puede hacernos rozaduras o hacer que nos resbalemos.

5. Los dedos rozan: el dedo gordo y el segundo acaban irritados del roce, algo que puede provocarnos heridas pequeñas pero incómodas. 

Tal como recomiendan los especialistas y podólogos, hay que utilizar calzado adaptado a la actividad que vayamos a realizar con ellos. Las chanclas de dedo son perfectas si vamos a ir a la playa o a la piscina, pero nada recomendables para andar por la calle bastante rato. Para estas ocasiones, mejor llevar el pie sujeto y calzado más cerrado.

¿Conocías estos inconvenientes de las chanclas de dedo?