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Bálsamo el Tigre, mi salvavidas.

Para mi, este bálsamo es un verdadero salvavidas. Lo mismo lo uso en el caso de dolores musculares, como cuando tengo una migraña. Y es que este ungüento es un verdadero multiusos.

Lo conocí en Londres, cuando me dio un fuerte dolor en la espalda y acudí a una de esas farmacias gigantes que hay repartidas por toda la ciudad, Boots, en donde lo mismo compras aspirina, que un rimmel. Yo me compré mis antinflamatorios, pero también me llevé un tarrito de este bálsamo.

Me daba masajes (bueno, más bien, me los daban) con él en la espalda y la verdad es que sí que notaba la mejoría. El ungüento huele muy fuerte, y hay dos versiones, uno con efecto frío (el blanco) y otro con efecto calor (el rojo). El de efecto frío también se puede usar para tratar migrañas, yo me lo aplico en las sienes y el dolor se mitiga bastante, lo que no quita que a veces me tenga que tomar una pastilla para acabar del todo con él.

Su origen se remonta al siglo XIX, a Birmania, donde se empezó a usar la pomada, y desde donde saltó a ser comercializada en el mundo entero.

Desde que lo conociera en ese viaje a Londres, a mi no me falta, especialmente a la hora de viajar, pues para aliviar los dolores y la fatiga viene muy, pero que muy bien. ¿Lo habéis probado vosotros?

 

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