Cómo afronté la caída del cabello tras el parto de mi tercer hijo
Parecía que se me caía todo el pelo. Pero el cambio más curioso fue el de la línea del cabello. Cuando era niño, estaba notablemente bajo (si una frente alta es una cabeza de cinco, supongo que eso hacía que la mía fuera de tres). Hasta la escuela secundaria, se escondía detrás de una cortina de flequillo. Hoy, sin embargo, mi línea de nacimiento del cabello ha retrocedido significativamente. Y de forma desigual. El lado izquierdo está medio centímetro más alto que el derecho. Las hendiduras en mis sienes parecen marchar hacia el comienzo de un pico de viuda. Y de vez en cuando surgen manchas y espigas que aplaco con pomada cada mañana.
Cuando empecé a hablar de mi pérdida de cabello en las redes sociales, me sorprendió la cantidad de mujeres que me enviaron mensajes porque estaban lidiando con algo similar. ¿Estaba tomando algún suplemento? ¿Qué estaba usando? ¿Algún champú especial? ¿Y tenía consejos sobre cómo cubrir las zonas escasas?
Había seguido tomando vitaminas prenatales mientras daba el pecho, pero eso no parecía frenar la caída del cabello. En la medida de lo posible, intenté no tirar con un cepillo o un elástico apretado, para preservar cada precioso mechón. Para ser lo más suave posible, opté por champús sin sulfatos. Intenté rellenar la línea del cabello con diferentes productos: lápiz de cejas (¡muy eficaz!), sombra de ojos (creaba una ilusión pasable de lejos, pero parecía falsa de cerca) y sprays para la línea del cabello (convincentes, pero un poco difíciles de controlar).
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Aunque no encontré ninguna solución milagrosa (por desgracia, muchos productos prometen demasiado y no cumplen), me alegró encontrar una comunidad de personas que pasan por lo mismo. La caída del cabello, especialmente en el caso de las mujeres, es un tema muy complicado y del que rara vez se habla, aunque en nuestra encuesta de elección de los lectores nos dijisteis que es una de vuestras mayores preocupaciones en materia de belleza.
En última instancia, estoy tratando de aceptar el hecho de que mi pelo nunca volverá a ser lo que era antes. Y, sin embargo, esos hilos de conexión que siento con otras mujeres siguen haciéndose más fuertes.
