¿Compartes todas tus contraseñas con tu pareja?
Compartir todas tus contraseñas con tu pareja no parece ser buena idea aunque es práctico y se ha convertido en un hábito generalizado. El pin de desbloqueo del teléfono es la contraseña conocida por los dos miembros de una pareja que más se comparte. Luego están las contraseñas de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter; la clave de acceso al email y los códigos de acceso a la cuenta bancaria.
Esta compartición es fruto de una total confianza entre los miembros de una pareja. Pero tal vez no sea tan buena idea compartirlo todo todo. Según un reciente estudio realizado por la compañía especializada en ciberseguridad Kapersky Lab y la comunidad digital de opinión y encuestas Toluna, nuestra manera de relacionarnos en pareja está cambiando debido a la presencia de dispositivos digitales.
Así, el hecho de compartir las contraseñas no es tanto un hábito que facilita nuestra convivencia sino además una herramienta útil a la hora de espiar lo que hace nuestra pareja. El 33% de las personas encuestadas en el estudio, admite haber espiado online a su pareja, llegando al 50% en el caso de parejas no estables. Y es que el 70% de las personas ponen por encima su relación respecto a su privacidad, dato que contrasta con que el 80% consideren que los miembros de la pareja deben y necesitan tener un espacio privado e íntimo.
El estudio sobre compartir contraseñas ha dejado en evidencia que el resultado de este “espionaje” tan asumido, conlleva discusiones entre los miembros de la pareja: hasta un 33% de las parejas han tenido “una conversación” o una pelea después de que el uno de los miembros de la pareja hubiera visto algo que el otro no quería compartir.