Con un par de horquillas digo que estoy hasta el moño de Diane Kruger
Vamos a ver: y digo que por qué nos empeñaremos en ir a la peluquería cada vez que acecha un evento en nuestro calendario social, cuando la clave la tenemos en la yema de los dedos; basta de bigudíes, tenacillas y planchas que te dejan el pelo tieso. Prohibido abigarrarse con orden y concierto. Parroquianas como somos en la congregación de Diane Kruger, su palabra es nuestra guía. Amén de que parezca que no nos hemos pasado el peine, más vale moño cuidadosamente destartalado que peinado con manual de instrucciones: Si antes era la trenza la que se ladeaba, ahora es el rodete el que se desnivela La magnánima germana acudía anoche a la fiesta veraniega de InStyle vestida de Jason Wu Crucero 2012