Crece la adicción al sexo a nivel global.
La adicción al sexo es un trastorno que cae vez afecta a más gente. Y no es un dato al aire, según cifras de la asociación británica para el Tratamiento de la Adicción al Sexo y la Compulsividad (ATSAC), la presencia de este problema va en aumento y aseguran que en su agrupación el número de terapeutas se ha duplicado en los último cinco años, llegando a ser 170 personas especializadas en el tema. Y aunque generalmente la mayor parte de las personas a las que atienden son hombres, la cifra de mujeres va en aumento.
Recientemente, la cadena británica BBC ha dedicado un programa a una adicta al sexo, Rebecca Baker, que destapa los tabúes y detalles poco conocidos de la adicción al sexo. La protagonista relata en este programa que nada más despertarse cada mañana, sacudía los hombros de su pareja y tenían relaciones sexuales; cinco minutos después, ya tenía ganas otra vez. Su necesidad de sexo constante la llevó a convertirse en una especie de ermitaña, ya que se sentía avergonzada e incómoda porque sólo pensaba en mantener relaciones sexuales.
Cuenta Rebeca que esta necesidad se fue haciendo cada vez más grande, hasta el punto de acabar con su relación de pareja. Consiente de tener un trastorno que funcionaba de un modo diferente al de la depresión que había padecido con el nacimiento de su tercer hijo, recurrió a su psiquiatra en busca de ayuda y se queja de que la doctora se limitó a cambiar su medicación.
Con el tiempo, esfuerzo y un cambio de vida a otro país Rebecca ha conseguido lidiar con su trastorno. Pero no siempre es fácil enfocarlo en solitario. Aunque aún no hay consenso entre la comunidad científica sobre si el sexo puede ser o no adictivo, sí se considera la existencia de este trastorno y se puede tratar y enfocar a través de la terapia de grupo que existen de manera presencial y también online.