Demostrado, las mujeres cambiamos a nuestros hombres

Este estudio demuestra algo que todas nosotras sabemos desde siempre pero que nos encanta adornar o negar… y es que nos dedicamos a cambiar el estilo de nuestros chicos para convertirlos en el hombre de nuestros sueños. No siempre se consigue, y a veces el resultado puede ser devastador pero oye, quién dijo miedo…

Ya sabes que me encantan estos estudios que se sacan de la manga el Daily Mail y demás publicaciones, es divertido ver cómo analizan el comportamiento de la sociedad y especialmente el de las mujeres que siempre somos un objeto muy goloso de estudio. Pues bien, como estos estudiosos son unos lumbreras, ahora sacan a la luz algo que mujeres y hombres heteros de todo el mundo sabemos, y es que las mujeres cambian el look a sus novios.



Por lo visto 7 de cada 10 mujeres (de 2.000 encuestadas) han cambiado la imagen de su pareja, el sesenta por cierto afirmaba encantada que “ella sabe más sobre estilo” y el cuarenta restante, para mear y no echar gota: “es el trabajo de una mujer cambiar a su hombre”. No me digas que no es encantador leer estas cosas…

Desde Wilkinson Sword (los de las cuchillas de afeitado), culpable de este estudio, llaman a este comportamiento “el efecto Shane Warne”. El nombrecito de marras viene por Elizabeth Hurley y el cambio que consiguió en su marido, que perdió peso, cambió el peinado, su vestuario y mejoró considerablemente. Otros ejemplos de esto son David Beckham, Ashton Kutcher o Ben Affleck tras conocer a J.Lo.

Por lo visto prestamos especial atención a la ropa, después al afeitado, al peinado e incluso a la depilación de orejas, cejas y nariz, por no hablar de zapatos y fragancia. Lo mejor de todo es el cómo, ya que revela nuestras diabólicas y secretas técnicas de persuasión… Por lo visto una tercera parte de las mujeres afirman que consiguen cambiar la apariencia de sus maridos sin que ellos si quiera se den cuenta de lo que pasa. Somos la caña chicas…

¿No os veis ahora más cerca de Maléfica que de Blancanieves? Estos estudios tan reveladores son un buen pasatiempo para las tardes de otoño…