Después de que naciera mi segundo bebé, me ligué las trompas. Murió inesperadamente días después, y luché con mi decisión.

El 13 de noviembre de 2013 debía ser un día mágico: nuestro segundo hijo estaba en camino.

Grady James, parecido a su padre en todo, llegó 28 días antes de lo esperado. Pesó 2 kilos y medio y salió llorando. Pero, a pesar de su temprana llegada, parecía sano. Su hermano mayor, Troy, había llegado de la misma manera.

Seguí con nuestra decisión de hacerme una ligadura de trompas durante la cesárea.

Al igual que Ben y J.Lo, me casé con mi ex en Las Vegas - y todavía estamos fuertes 9 años después Mi amigo por correspondencia de 38 años murió inesperadamente antes de que pudiéramos conocernos en la vida real

Salió del hospital esa misma noche en el vuelo vital después de haber estado a punto de morir. Nos llamaron a la unidad de cuidados intensivos neonatales nueve días después, esperando un buen informe -todo había estado tranquilo unas horas antes-. En cambio, nos dijeron que el cerebro de nuestro hijo estaba sangrando y que su vida ya no podía sostenerse con máquinas.

Se me doblaron las rodillas y me dejé caer al suelo. La habitación parecía una cámara de eco. Me sentí abrumada por la agonía, observando cómo mi marido escuchaba al médico mientras yo aullaba de puro pánico. Teníamos que despedirnos del niño que apenas conocíamos y de la familia que habíamos imaginado.

Me llené de vergüenza y arrepentimiento

Durante meses me revolqué en la lástima, odiándome a mí misma por las decisiones que había tomado. Me sentía inadecuada como madre. Sabía que nunca podría darle a Troy un hermano sin pasar por el aro. Y nos planteamos todas las posibilidades -reversión, fecundación in vitro, acogida, adopción-, pero nos dimos cuenta de que cada una de ellas tenía un alto coste, tanto económico como emocional.

En una encrucijada, decidí que tenía que dejar de vivir por lo que podría haber sido y empezar a vivir por lo que tenía. Criar a un hijo después de haber perdido uno significaba que tenía que soportar mi dolor y al mismo tiempo mantener -física y emocionalmente- al hijo que tenía. A veces me parecía imposible.

Mis emociones me superaban a veces. No quería participar en el juego porque me limitaba la tristeza. Me esforcé por ayudar a Troy a cumplir sus objetivos. Aprender a ir al baño me parecía imposible; su lenguaje era deficiente. Mi incapacidad para hacer frente a la situación le afectaba a él.

Me defendía constantemente a mí y a mi familia

Mientras hacía cola en el supermercado, los desconocidos me preguntaban a menudo: "¿Cuándo tendrá más hijos?". O hacían afirmaciones sarcásticas como: "Debe estar muy solo". A veces, incluso los familiares más cercanos sugerían que la condición de soltero de Troy lo convertiría en un malcriado.

Me defendí y defendí a nuestra familia durante casi dos años racionalizando la situación. A veces respondía explicando nuestra pérdida. El resultado era la compasión, que al principio me reconfortaba. Pero me adormecí y empecé a retirarme.

Eso es, hasta que Troy estaba en primer grado. Lloraba en clase porque echaba de menos a su hermano. La escuela llamó no porque estuvieran preocupados sino porque pensaban que estaba diciendo una mentira.

Fue entonces cuando decidí hacer un cambio. Dejé de defender nuestras vidas y replanteé la conversación.

Cuando empecé a recuperarme, se me desencadenaron las cosas más inesperadas.

El tiempo ha ayudado, aunque he recaído en mi dolor en múltiples ocasiones. Pero por muy duro que sea el día o el momento, he aprendido a ser amable conmigo misma, comprendiendo que el duelo es complicado y trabajando para saborear cada estación del mismo.

Como resultado, se ha desvelado una versión resistente y rota, pero fantástica, de mí misma, y Troy por fin tiene la madre que siempre se ha merecido.

Heather Cherry es una escritora y editora con 15 años de experiencia en la creación de contenidos. Escribe sobre varios temas, pero está especializada en contenidos sobre salud y bienestar. Es autora de la guía de marketing para pequeñas empresas "Market Your A$$ Off".