El gráfico muestra el riesgo que corre la Reina por el COVID-19, teniendo en cuenta los informes generalizados de que recibió 3 dosis de la vacuna
La Reina Isabel II, que dio positivo en la prueba de COVID-19 el fin de semana, tiene un riesgo muy reducido de contraer COVID-19 si ha recibido tres dosis de la vacuna, según datos del Reino Unido.
El Palacio de Buckingham confirmó el domingo que la monarca, de 95 años, había dado positivo en la prueba de COVID-19. Dijo que solo tenía síntomas leves y que seguía siendo capaz de realizar trabajos ligeros.
Las autoridades sólo han confirmado formalmente la primera dosis de la vacuna de la Reina, en enero de 2021.
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"La Reina tiene derecho a la privacidad médica", dijo el portavoz. "Sin embargo, se ha informado ampliamente de que La Reina las ha tenido todas y, en una videollamada La Reina pidió a la gente que aceptara la oferta de una vacuna".
El gráfico anterior, de la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido, ilustra el riesgo de muerte por COVID-19 para los mayores de 90 años en Inglaterra en el segundo semestre de 2021.
La medida utilizada aquí se llama "años-persona", una métrica utilizada por los estadísticos para evaluar las tasas globales de mortalidad durante un determinado periodo de tiempo.
No es posible atribuir un riesgo exacto a un individuo a partir de estadísticas como éstas, dado el número de variables en juego. Pero pueden dar una idea general de cómo responden las personas mayores a la enfermedad en comparación con otros grupos de edad.
El gráfico muestra que los mayores de 90 años son los más propensos a morir tras enfermar, pero las vacunas marcan una gran diferencia.
Tres dosis redujeron el riesgo para los mayores de 90 años en aproximadamente un 93%, haciendo que el riesgo fuera menor que el de una persona de 60 años no vacunada. Con dos dosis, el riesgo era aproximadamente el mismo que el de una persona de 70 años no vacunada.
Los datos se recogieron cuando la variante Delta era dominante en Inglaterra.
Omicron se convirtió en la variante dominante en el Reino Unido en diciembre de 2021 y es probablemente la cepa que infectó a la Reina. En general, se considera más suave que Delta, pero su efecto específico en los grupos de más de 90 años no está totalmente claro.
El diagnóstico de la Reina el domingo se produjo poco más de una semana después de que el Príncipe Carlos, su hijo y heredero, confirmara que también se había infectado con COVID-19.
