El mundo superprivado de Malia Obama tras crecer en la Casa Blanca
Malia Obama estaba preparada para independizarse después del instituto, por no hablar de cuando terminó la universidad.
Tras comprometerse con Harvard, la primogénita pasó un año sabático viajando y haciendo prácticas en Nueva York, casi como un chico normal. Sin contar los guardaespaldas y los jets privados.
Empezó con un viaje a Liberia y Marruecos en julio de 2016 con su hermana Sasha Obama, su madre Michelle Obama y su abuela Marian Robinson para promover la iniciativa Let Girls Learn. La familia Obama hizo su habitual escapada veraniega a Martha's Vineyard.
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Y hacia finales de año, Malia pasó 83 días en Perú y Bolivia, donde vivió con una familia en la ciudad de Tiquipaya, un viaje tan poco publicitado que nadie supo que había estado allí hasta que regresó a Estados Unidos.
"Era muy humilde, charlatana, hablaba muy bien español", declaró a The New York Times Gregorio Mamani, uno de los guías de una excursión de cinco días que Malia hizo por la Cordillera Real, "Estaba fascinada por el paisaje boliviano". Sin la seguridad añadida, todos los participantes en la excursión debían cuidar de sí mismos y, al parecer, Malia se desenvolvió admirablemente, haciendo su parte de la cocina y otras tareas.
Pasó unos meses como becaria en The Weinstein Company a principios de 2017 (después de que salieran a la luz informes que detallaban años de acusaciones de acoso y agresión sexual contra el productor Harvey Weinstein a finales de ese año, los Obama dijeron que estaban "asqueados"), su segundo trabajo en el mundo del espectáculo tras un paso por el plató de Girls en 2015.
La familia Obama pasó 10 días de vacaciones en Bali. En agosto, Michelle y Barack Obama tuvieron que dejar a su hijo mayor en Harvard.
"Me sentí orgulloso de no haber llorado delante de ella", dijo el presidente Obama en un acto un mes después de trasladar a Malia a su dormitorio. "Pero en el camino de vuelta, el Servicio Secreto miraba al frente fingiendo que no me oían mientras yo moqueaba y me sonaba la nariz. Fue duro".
Malia no fue la primera hija de un ex presidente de Estados Unidos que se matriculó en la célebre institución de la Ivy League en Cambridge, Massachusetts, pero Caroline Kennedy en los años 70 no tuvo que lidiar con las redes sociales en la residencia donde se creó Facebook.
La mayor de las hijas de Obama vivió en la Casa Blanca desde los 10 hasta los 18 años, lo suficientemente joven como para vivir una experiencia similar a la de Eloísa en la Plaza, pero lo suficientemente mayor como para conocer muchas de las críticas dirigidas a su familia desde el vasto mundo de las noticias por cable, Twitter y, en más de una ocasión, el Capitolio.
No ha habido ninguna presidencia que no haya estado bajo un microscopio sesgado -ChelseaClinton se fue a Stanford justo a tiempo-, pero gran parte del escrutinio mundano diario que normalmente se reserva para el propio presidente se amplió para abarcar a la primera dama y a sus hijos a un nivel sin precedentes durante los años de Obama.