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Epigenética 101: Usted puede alterar su propio código

¿Conoce su destino genético?

No se trata sólo de parecerse a su tatarabuela. Se trata de comprender cómo responderán tus genes, y por tanto cambiarán, debido a las experiencias y factores de tu vida. Y comprender cómo ocurrió en la vida de tus antepasados lo que ayudó a moldear la tuya hoy.

Asomarse a la epigenética es algo así como tomar cartas en un asunto en el que antes suponíamos que no teníamos ninguna (hola, ADN). Aunque no podemos cambiar significativamente nuestros genes en tiempo real (por ejemplo, no podemos pasar de tener los ojos marrones a azules), podemos entender qué factores cambiarán determinados genes y cómo responderán a esos estímulos.

Hemos recurrido a la dietista diplomada Brontë Grooms, también conocida como Gene Hacker, para que nos explique este complejo concepto.

"Los genes nos dicen lo bien que funciona nuestro cuerpo, mientras que la epigenética nos dice lo que nuestro cuerpo ama y odia. La epigenética nos permite identificar cómo responden nuestros genes de forma predecible a nuestro entorno y elecciones diarias. Piense en ella como en interruptores químicos que pueden

activar o desactivar genes.

"Con el estudio de la epigenética, ahora sabemos qué genes tienen modificaciones que pueden controlar la producción de proteínas necesarias para todas las funciones corporales".

Significa...

"Cuando sabemos qué genes tenemos gracias a las pruebas genómicas, tenemos la oportunidad de modificar su comportamiento con cambios específicos en la nutrición y el estilo de vida", afirma Brontë. (hola, biohacking)

Pero también, hola, conciencia generacional. Nuestros genes proceden de un largo linaje, y todas esas líneas han tenido experiencias que influyen en cómo responden nuestros genes. ¿Has oído hablar del trauma intergeneracional?

"En los últimos años se ha investigado cómo influencias sociales como la dinámica familiar, el estrés crónico y los traumas influyen en trayectorias de salud como el envejecimiento, las enfermedades crónicas, el comportamiento y las emociones. Nuestra vida espiritual -pensamientos, sentimientos y emociones- controla nuestra expresión genética, ya sea buena o mala", explica Brontë.

"Lo intrigante de este conjunto de investigaciones es que la reprogramación epigenética y la impronta de las consecuencias psicológicas de nuestro entorno pueden transmitirse a las generaciones siguientes. Y lo que es más importante, las familias con traumas intergeneracionales pueden experimentar una mayor tasa de enfermedades y malos resultados de salud debido a factores epigenéticos heredados. Esto subraya lo importante que es un entorno sano en la crianza de un niño, porque los factores de estrés social pueden dar lugar a rasgos adaptativos en la siguiente generación", afirma Brontë.

Pero no hay que desanimarse por ello. Podemos romper esquemas y tomar el poder del cambio en nuestras manos.

"Aunque conocer nuestra huella genética nos ayuda a crear un plan personalizado, no es necesario un test genético para biohackear nuestra epigenética. Hay multitud de estudios que indican qué ingredientes alimentarios específicos y qué modificaciones del estilo de vida son útiles para los genes de cada uno", asegura Brontë.

Algunos ejemplos de interruptores epigenéticos son:

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