Jil Sander fin del homenaje a la costura
RAF SIMONS CIERRA SU TRILOGÍA A LA TRADICIÓN
Jil Sander fin del homenaje a la costura
Desde su llegada a Jil Sanders, Raf Simons no deja de bordar las colecciones. El diseñador entiende el ADN de la marca a la perfección y sabe cómo darle un giro más de tuerca cada temporada.
Para el diseñador esta colección cierra la trilogía que le ha dedicado al trabajo de la costura tradicional, a ese savoir faire que se revuelve y se niega a desaparecer. En esta ocasión la colección tiene mucho del legado de Jil Sander, pureza por encima de todo, arte y elistismo, esas sociedades cerradas donde el código de vestimenta es esencial.
La camisa de popelín blanco, icono de Jil Sander abre y cierra el desfile, con ese aire clásico que le ha sabido dar Simons, que en el look que cierra la colección muestra una posible novia Jil Sander. Una novia contemporánea pero con un aire a Grace Kelly indiscutible.
El grafismo está muy presente en esta colección, sorprende ver esos total looks de sastrería con paisley por todas partes. Es de nuevo refrescante, esta visión de Raf Simons que apuesta, como Prada por el optimismo y en su caso la salud! Seguimos viendo su maestría habitual en la sastrería y la construcción arquitectónica de los vestidos incluso vemos a Picasso en sus jerséis de punto.
La colección de Jil Sander muestra a una mujer clásica y femenina, con siluetas rectas y depuradas, que dejan que el estampado sea a través de paisley o cuadros, enriquezcan las prendas. Sólo hay espacio para el vuelo en looks contados, ya que la contención es el sello de identidad de la mujer Jil Sander que vale más por que calla que por lo que deja ver.
A mí particularmente me ha emocionado ya que Raf Simons consigue, siempre, mostrar el trabajo real de un diseñador. No muestra moda, va más allá muestra diseño en esta puro. Y no diré más, pero, por favor, especial atención al calzado, es exquisito y el punto justo de sensualidad.
Por favor, dime que te gusta.