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La cara oculta del negocio de las manicuras es realmente estremecedora

NAIL BARS NUEVA YORK

centros de manicura de nyUn reportaje sobre los negocios de manicura barata descubre su lado más oscuro.

Las manicuras están de moda. Especialmente en Nueva York, es muy habitual encontrar en cada calle un 'nail bar', que es como llaman a los establecimientos donde puedes hacerte la manicura por un módico precio. Este tipo de tratamientos dejaron de ser un lujo cuando aparecieron los nail bar y sus bajos precios y ahora es el negocio de moda en la gran manzana. Pero, ¿qué esconden estos negocios? Nadie había investigado sobre ellos hasta que hace un mes, The New York Times publico un reportaje de investigación sobre los centros de manicura baratos. Lo que encontraron dentro estremeció a los lectores. Estos establecimientos acumulan denuncias por las condiciones precarias de los trabajadores y la continua utilización de productos nocivos para su salud. Las trabajadoras, en su mayoría asiáticas o hispanas, a penas pueden hablar inglés, por lo que no se atreven a denunciar los abusos que sufren. Sus condiciones rozan la esclavitud y a sus clientas casi no pueden dirigirles la palabra mientras trabajan. El sueldo no es menos preocupante, ya que los primeros meses, ni siquiera cobran. Después, empiezan a cobrar unos 27 euros por jornada laboral de hasta 12 horas. Algunos testimonios de trabajadoras para The New York Times, han revelado que se les ha llegado a descontar dinero del sueldo hasta por beber agua y a ser despedidas por manchar unos zapatos con esmalte.

Los problemas de salud por la utilización de estos productos a diario aún son más estremecedores que las condiciones laborales. Desde a enfermedades respiratorias a abortos espontáneos. Estos químicos están directamente relacionados con los problemas de salud de estas mujeres y cada vez está más demostrados. Problemas de piel, cáncer o incluso malformaciones en el feto o retraso en el desarrollo de los niños de trabajadores embarazadas son algunos de los efectos.

Tras la publicación del reportaje sobre el negocio de las manicuras baratas, la ciudad de Nueva York está conmocionada y las clientas difícilmente volverán a entrar en un nail bar.

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