La estrella de TikTok Spencer Barbosa habla sobre el amor propio

Hace dos años, me miré en el espejo y, la verdad, las buenas vibraciones no estaban fluyendo precisamente. Me sentía súper deprimida por mi soltería, mi cuerpo y mis planes de futuro (a diferencia de todos mis amigos, decidí tomarme un tiempo libre antes de la universidad para averiguar mi camino). Me sentía un poco atrasada en la vida, como si no estuviera segura de mi propósito. Todos los días me asaltaban estas grandes preguntas: ¿Quién soy y qué estoy haciendo?

Cuando la pandemia llegó y mi sentimiento de soledad creció, supe que sólo había una solución para una artista como yo: compartir mi historia. Y, por suerte, TikTok estaba empezando a explotar.

Empecé a publicar, siendo simplemente yo misma, reflexionando sobre todo, desde el chico hasta los problemas corporales. Y ocurrió una locura. La gente empezó a identificarse con lo que yo estaba viviendo.

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Empecé a ganar seguidores: Primero unos pocos miles, luego millones. Recibí comentarios y mensajes sobre cómo había inspirado a otras chicas para que se sintieran más positivas con su cuerpo y se centraran en su futuro en lugar de en amistades fallidas o antiguas relaciones. ¿Y, sinceramente? Me sentí muy bien.

Durante esos primeros meses, era como si TikTok hubiera resuelto todos mis problemas. Pero entonces, de repente, ya no lo hizo. Bueno, no completamente, al menos.

Por mucho que la gente comentara mis vídeos, diciéndome que era guapa o que mi tipo de cuerpo era su ideal, eso no acallaba las voces en mi cabeza que me hacían dudar de mi autoestima. Por muchos seguidores que ganara, eso no ponía fin a mis sentimientos de soledad. Y no es lo mismo inspirar a los demás a ser positivos que inspirarse a uno mismo. Necesitaba hacer un cambio.

Así que hace un año, mientras seguía publicando todo mi contenido de amor propio en TikTok, empecé a trabajar para decidir exactamente qué significaba el término amor propio para mí: Empecé a escribir un diario, a establecer intenciones y a abrirme a la gente que me rodea sobre mis luchas. Ahora, todas las mañanas, me miro en el espejo y me alabo a mí misma en voz alta, incluso cuando me siento incómoda o como si no tuviera nada que decir. También dedico tiempo a manifestar mi futuro (mi sueño actual: ser modelo para American Eagle y protagonizar mi propio programa de televisión), a pasar el rato con mi familia (mis amigos de siempre) y a seguir publicando contenido auténtico y equilibrándolo con experiencias de la vida real que me saquen de mi zona de confort (un paseo por la naturaleza nunca está de más).

En TikTok, sigo siendo la chica infinitamente segura de sí misma. Pero en la vida real, sigo en un viaje de amor propio. Estoy muy orgullosa de la plataforma que he construido, pero mientras trato de descubrir (y adorar) mi yo más auténtico, ahora sé que el trabajo *real* ocurre fuera de la pantalla, a veces cuando no hay un teléfono a la vista. Y eso me parece bien.