“Luz de gas”, la violencia machista que nadie ve
La violencia luz de gas es una forma de maltrato machista, pero nadie parece verlo.
Cuando hablamos de violencia de género casi todos imaginamos lo mismo. Esa violencia física que deja marcas y que, por lo tanto, puede demostrarse que ocurre ante la justicia. Con los años, el maltrato psicológico, los insultos y los desprecios, cada vez es más conocido y la sociedad parece estar concienciada de que no hace falta recibir un golpe para que te maltraten.
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Pero hay otro tipo de más de maltrato que, a pesar de ser el más habitual, también es el más difícil de percibir, tanto por la víctima como por su entorno. Es conocido como luz de gas por la película Gaslight, de 1944, en la que un hombre manipula a su esposa con tanta sutileza que la hace creer por ella misma que está loca.
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En eso consiste este tipo de maltrato. Es una manipulación tan sutil, sin gritos y, a veces, incluso con buenas palabras, que no somos capaces de darnos cuenta a dónde nos está llevando. Esta manipulación va mermando poco a poco la confianza de la víctima en sí misma, su autoestima. Incluso le hace creer que no vale para nada y que no debe opinar en las discusiones.
Este maltrato acaba generando un estado de ansiedad que hace que muchas mujeres tengan que acabar yendo a terapia psicológica, donde descubren por fin que es su marido quien le has provocado ese estado.
El problema es que, cuando por fin son conscientes de lo que les pasa y de que llevan años siendo maltratadas y manipuladas por sus maridos, aunque intenten denunciar, nadie les hace caso. No tienen marcas de golpes, ni siquiera pruebas de mensajes con insultos o amenazas.
Al pasar desapercibido para la justicia, este maltrato sigue siendo muy común, y cada vez lo es más entre las parejas jóvenes, que avanzan en la relación pensando que es así como se comporta una pareja.
Si alguna vez detectas violencia luz de gas en tu relación, cuéntalo, denuncia y pide ayuda.