Madre renuncia a curar su cáncer para poder dar a luz a su hija
Carrie Deklyen era una madre de cinco hijos que esperaba felizmente a su quinto bebé cuando le fue detectado un cáncer cerebral muy agresivo. Tras varias pruebas se determinó que la mujer, de 37 años, era apta para formar parte de un ensayo clínico que podría alagar su vida en más de 15 años. Pero la alegría por esta noticia duró poco; el tratamiento al que sería sometida hacía inviable su embarazo, por lo que tenía que elegir: su vida o la de su bebé no nato.
Para Carrie no hubo ninguna duda, esta mujer de Michigan (Estados Unidos) tenía claro que aunque sin tratamiento no pasaría en este mundo más de 10 meses, iba a elegir rechazar la opción de seguir viviendo para regalarle a su hija esa posibilidad.
A los tres meses, Carrie entró en coma y para seguir con el embarazo, tal y como fue su deseo, pasó meses con respiración asistida y alimentación artificial. El esfuerzo por parte de familiares y personal santitario dio sus frutos, y Carrie finalmente pudo dar a luz a su bebé con solo 25 semanas, y a los tres días de nacer la pequeña, la mujer falleció.
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Lynn, que así han decidido llamar a la niña, deberá permanecer en el hospital de cuatro a cinco semanas por haber nacido prematura, pero los médicos no temen por su vida. Es un protocolo habitual con este tipo de niños y no hay motivos por los cuales alarmarse. La bebé está sana y le espera una vida plena por delante gracias al sacrificio de su madre.
