Marc Jacobs le saca rentabilidad a las pintadas en sus tiendas de un graffitero

Si Marc Jacobs sabe hacer una cosa en esta vida, esa es hacer dinero. Ve oportunidades de negocio donde algunos solo verían problemas y eso le hincha las narices a más de uno. Un ejemplo reciente lo encontramos en las pintadas que Kidult realizó en su tienda de París, la marca lejos de amedrentarse, ha sacado una colección de camisetas y gorras inspirada en ella.

Pero no es la primera vez que esto ocurre, antes ya ocurrió exactamente lo mismo en su tienda del SoHo neoyorquino. Una mañana la tienda amaneció con unas letras rosas neón en las que se leía ART. Lo que hizo él fue sacar una foto de la fachada y plasmarla en camisetas que vendió a la módica cantidad de 686 dólares. 

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En su nueva pintada lo que aparece escrito en la fachada no es otra cosa que aquel desorbitado precio que la empresa fijó para sus prendas. Ellos, ni cortos ni perezosos, han vuelto a encontrar la manera de que esta crítica subversiva les salga rentable y les de para pagar la derrama de la fachada.

Y además: Marc Jacobs está preparando el lanzamiento de una nueva fragancia