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No sabía que estaba embarazada y da a luz en la cocina

LA ADOLESCENTE CREÍA QUE LE DOLÍA LA BARRIGA

 adolescente irlandesa da a luz en la cocina

La adolescente irlandesa no sabía que estaba embarazada y dio a luz en la cocina de su casa. Nada le hacía sospechar que podría estar esperando el bebé que nació a las 26 semanas de gestación pesando sólo 500 gramos. Se trató de un parto traumático que casi le supone la muerte casi a la madre como al feto, y es que además le dieron un susto de muerte al padre y a la abuela. El bebé que nació por accidente a las tres de la mañana en la cocina de la casa era tan pequeño que medía lo mismo que la palma de la mano de su madre parturienta. Actualmente la bebé ya se encuentra bien, ya pesa tres kilos y medio y se está recuperando en casa junto a su madre Milaois Murphy y padre James Mulligan, quienes ahora dicen amarla más que a nada en este mundo y comparten su vida como cualquier otra familia feliz de Irlanda.

En realidad, la adolescente irlandesa Milaois Murphy confundió su embarazo con un simple malestar o un posible caso de apendicitis y es que se retorcía de dolor: se pasó la noche vomitando y muerta de miedo pero en realidad estaba rompiendo aguas de forma inesperada en la cocina de su casa. “El bebé se me escurrió en los pantalones como si fuera un pedo” declaró la adolescente irlandesa a la prensa. Tras haber pasado el día como lo pasaba siempre, haciendo lo normal que hace una adolescente de su edad que no sabe que estaba embarazada, después de comer empezó a sentirse mal y se pasó la tarde y la noche vomitando sin poder dormir hasta que pasó algo sorprendente que cambiaría su vida para siempre a las tres de la mañana. Su madre (que no hay más que una y si alguien sabe qué es parir y qué es cagar por un simple dolor de tripas, cual es la diferencia, son las madres, las más sabias y expertas en dar vida) ejerció de Supermamá Coraje como matrona y enfermera, salvando la vida del bebé nada más llegar al mundo y es que la recién nacida no respiraba al nacer de forma tan precipitada y accidental porque nadie la esperaba a las tres de la mañana en el suelo de la cocina de esa casa en Dublín. La madre de la adolescente embarazada tuvo que resucitar al bebé. A continuación, la abuela, la madre y el bebé se trasladaron velozmente en ambulancia a las tres de la mañana hasta el hospital de Dublín donde metieron a la recién nacida en una bolsa de plástico para que conservara el calor. Esto extrañó y asustó a la recién parida, quien se sintió morir en ese momento. De hecho, se quedó dormida por el shock y a la mañana siguiente no se acordaba de nada hasta que vio a su bebé y es que se le disparó el instinto maternal por supuesto que una madre sabe reconocer a su hija recién nacida. El padre también estaba emocionado y esa misma mañana eligieron un nombre para su hija: Harper. Desde ese momento en el hospital irlandés, juraron amor eterno por la pequeña bebé que nació en el suelo de la cocina de su casa a las 26 semanas de gestación y pesando sólo 500 gramos.

La bebé Harper pasó varias semanas en la incubadora en cuidados intensivos del hospital irlandés, para engordar, crecer y convertirse en el bebé sano que se merecía ser hasta que pudo regresar a casa esta misma semana con su padre y su madre ya sana y salva, ya recuperada y dispuesta afrontar una vida feliz como cualquier otro bebé que no hubiera de forma tan accidental casi mortal y es que su madre no sabía que estaba embarazada y dio a luz en la cocina.

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