Por qué deberías hacer pausas para bailar durante el día
En la última década se ha hecho una gran defensa del mindfulness, y nosotros lo apoyamos absolutamente. Somos los fans número 1, en serio. Mira nuestra selección de revistas. Pero cuando se trata de la ansiedad, es un animal complicado. Puede vivir en lo más profundo de nuestro cuerpo y puede llevarnos meses o incluso años acceder a ella a través de una práctica de meditación, especialmente si estamos empezando. Entonces, ¿cómo podemos acceder a nuestro cuerpo hasta el fondo?
Permítanos presentarle el antiguo método conocido como sacudir el culo. O tus piernas. Los brazos. Simplemente meneándote al ritmo de una música que tus neuropatías encuentren agradable. El movimiento es la forma más eficaz de acceder a tu cuerpo a nivel somático y sacudir esos sentimientos para que puedan moverse libremente.
Entendemos que cuando nos sentimos ansiosos, estresados o deprimidos, bailar no es lo primero de la lista. Es difícil sentirse motivado para realizar una actividad alegre cuando no lo estamos. Sin embargo, ese puede ser el mejor momento para hacerlo. Al principio, no se sentirá bien. ¿Nuestro consejo? Finge directamente.
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Consigue un puñado -tres o cinco- de tus canciones favoritas para contonearte y practica el baile y el movimiento libre hasta que te parezca menos falso y más divertido. Date un poco de tiempo y espacio y deja que la transformación se afiance. Si estás abierto a ello y tienes los recursos y el acceso, apúntate a una clase de baile y absorbe la energía positiva de una comunidad mientras aprendes un nuevo ritmo cultural. O simplemente salta, muévete y sacude. No es una actuación, es una práctica, y una herramienta poderosa.
Los estudios demuestran que, al ser una actividad tan corporal, la danza tiene profundos efectos en nuestro cerebro y nuestra salud mental, tanto a corto como a largo plazo. Se ha demostrado que disminuye la depresión y la ansiedad, al tiempo que mejora la calidad de vida, las habilidades intrapersonales y cognitivas y, en algunos ensayos, incluso las habilidades psicomotoras, como escribir, conducir un coche, dibujar, etc. En este ensayo en particular, los datos de seguimiento mostraron que estos efectos seguían siendo los mismos o incluso aumentaban 22 semanas después del estudio.
Otro estudio comparó el baile del tango argentino con la meditación de atención plena. Aunque ambos métodos disminuyeron la depresión, los niveles de estrés sólo se redujeron en el grupo de tango. También vale la pena mencionar que el grupo de baile mostró una mejora en la atención plena, lo que significa que es una gran manera de ayudarse a sí mismo a mejorar en la meditación de atención plena si eso es algo que le cuesta.
Bailar es también una forma de ganar confianza y soltura en nuestro cuerpo físico. Al mismo tiempo que aflojamos esos trozos calcificados de estrés y presión emocional almacenados y pegajosos, también encontramos facilidad en la forma y la fluidez de nuestra forma física mientras la movemos por el espacio. Bailar es gratis y no se necesita ninguna habilidad para cosechar los beneficios. Te recomendamos que hagas al menos un movimiento al día.
