¿Por qué debo entrenar el tren superior en el gimnasio?
El gimnasio y la actividad deportiva en general se ha vuelto un imprescindible en nuestra vida cotidiana. Cada vez comprendemos mejor que estar activas y realizar ejercicio contribuye de forma exponencial a mejorar nuestra salud, a pesar de las agujetas y alguna que otra contractura puntual.
Sin embargo, muchas chicas todavía siguen defendiendo un mantra que para nada es beneficioso y que, incluso, puede llegar a ser perjudicial: no entrenar el tren superior del cuerpo. Y es que, algunas mujeres que van al gimnasio optan por no realizar trabajos específicos para los brazos, los hombros, el pecho o la espalda por miedo a ganar una imagen masculina y alejarse de los cánones de belleza femenino.
¿Cómo bajar grasa en el tren superior? ¿Cómo eliminar la grasa del tren superior?
Esta idea hay que desecharla por completo por varios motivos. El primero de ellos es que esa supuesta imagen masculina del cuerpo se corresponde, normalmente, con un abultado volumen de los músculos más característico en el culturismo o actividades similares.
Entrenar el tren superior, clave para nuestra salud
Hay que dejar claro que unos brazos como los de Julia Cabarcos, una referente en el culturismo femenino, no van a llegar porque hagas unas pocas series de bíceps a la semana, sobre todo teniendo en cuenta que, por norma general, la capacidad de hipertrofiar de las mujeres es inferior a la de los hombres por su entorno hormonal.
Ahora bien, entrenar estas partes superiores del cuerpo sí tienen unas grandes ventajas de las que te puedes beneficiar incluso en un corto período de tiempo:
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Una columna vertebral más estable. Teniendo en cuenta que se trata del pilar óseo de nuestro cuerpo y gran parte de nuestros movimientos, conviene reforzar a la columna con diferentes ejercicios específicos de dorsal superior, trapecios, romboides o lumbares, entre otros. De hecho, una columna ejercitada nos puede prevenir dolores en zonas como las cervicales o los hombros, que a veces se aquejan, precisamente, por falta de musculatura y fuerza teniendo en cuenta el peso del pecho femenino.
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Guardar la línea con el tren inferior. No tiene sentido tener unas piernas muy fuertes y unos brazos y espalda muy débiles, puesto que es un escenario que puede derivar fácilmente en lesiones por la descompensación del cuerpo. Por eso hay que ser consciente de qué hacemos con nuestro cuerpo y realizar entrenamientos completos que nos permitan progresar de manera conjunta.
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Adaptar nuestro entrenamiento a nuestro deporte favorito. Si entrenamos en el gimnasio para adaptar nuestro cuerpo a un deporte concreto como el fútbol, boxeo o esquí, es importante una preparación física completa, por lo que será necesaria una planificación de ejercicios del tren superior. Esto es porque lejos de ser una tómbola, como las que encontramos en línea, que funciona de forma aleatoria, nuestro cuerpo es una cadena en la que interfieren una buena cantidad de músculos en coordinación. Así, será importante que todos los engranajes estén preparados y no sólo una parte del sistema.
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Tendremos un metabolismo más acelerado. Otra de las ventajas que presenta trabajar el tren superior es la ganancia de masa muscular y, por ende, de un mejor metabolismo. Esto es así porque una mayor masa de músculos acelera el consumo de calorías, por lo que cuantos más músculos fuertes tengamos más mejorará nuestro metabolismo y la quema de grasa será más rápida. De hecho, cada vez son más las voces expertas que recomiendan incrementar los ejercicios de fuerzas en todo el cuerpo para perder grasa.
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¿De verdad unos brazos y una espalda fuertes son feos en una mujer? Aunque históricamente se haya demonizado el tren superior fuerte en las mujeres, la realidad es que tener dorsales, bíceps o unos hombros fuertes y tonificados sienta fenomenal estéticamente y resultan muy atractivos.