Por qué los beneficios de la lechuga romana son reales
Lechuga romana: la conoces, probablemente te encanta y tiene un crujido espectacular. Esta popular hoja verde, quizá más conocida por su uso en las ensaladas César, también se conoce como lechuga cos. Ah, sí, también tiene un gran aporte nutricional sin apenas calorías.
La lechuga romana es una hoja verde rica en nutrientes que añadirá un toque crujiente a tus ensaladas, sándwiches e incluso escondida en las salsas. Estos son algunos de los posibles beneficios para la salud.
- Una patada antioxidante. La romana tiene una gran cantidad de vitaminas A y C, también conocidas como antioxidantes. Los antioxidantes son beneficiosos para muchas cosas, como las funciones hepática, renal y digestiva. La vitamina E trabaja con la vitamina C y otros antioxidantes para ayudar a protegernos de las enfermedades crónicas.
- Beneficios cardiacos y circulatorios en abundancia. En la lechuga romana se esconde otro héroe de los nutrientes: El folato. Una revisión de estudios de 2015 indicó que los niveles bajos de folato pueden causar altos niveles de homocisteína, un aminoácido. Este aminoácido suele ser descompuesto por el folato. Cuando se encuentra en cantidades elevadas, puede contribuir a dañar el corazón y los vasos sanguíneos.
- Beneficios para el embarazo. El folato también es realmente esencial para las personas embarazadas y las que están pensando en quedarse embarazadas. Ayuda a prevenir los defectos del tubo neural, uno de los tipos más comunes de defectos de nacimiento.
- Aún más beneficios cardiovasculares. El potasio también se asocia con un sistema cardiovascular saludable, ya que puede ayudar a mantener la presión arterial bajo control. Una revisión de ensayos clínicos realizada en 2020 indicó que existe una asociación positiva entre la presión arterial bien controlada y la ingesta de potasio, aunque se necesitan más investigaciones para estar seguros.
Por cada taza de lechuga romana que comas, estarás consumiendo sólo 1 ó 2 gramos de carbohidratos y 8 calorías. Y eso no es todo. Puedes contar con que la lechuga romana te proporciona un pequeño alfabeto de vitaminas, entre las que se encuentran la A, la B, la C y la K. (De hecho, la lechuga romana tiene un alto contenido en betacaroteno, que se convierte en vitamina A en tu cuerpo).
¿Qué beneficios tiene la lechuga romana? ¿Cuáles son los beneficios de la lechuga?
Esta maravilla de hoja verde también está llena de minerales como fósforo, magnesio, potasio y calcio. No es una gran fuente de fibra, pero podemos pasarlo por alto ya que es baja en sodio.
Si te gustan los números, aquí tienes el desglose de macronutrientes por taza:
Calorías | 8 |
Carbohidratos | 1,5 gramos (g) |
Grasa total | 0.1 g |
Proteína | 0.6 g |
Fibra | 1 g |
Así es como toda esa nutrición se traduce en una mejor salud:
- El folato, o vitamina B9, contribuye a la producción de material genético y a la división celular, por lo que es esencial para las mujeres embarazadas.
- La vitamina K contribuye a la salud de los huesos junto con el calcio, combatiendo los efectos de la osteoporosis. También ayuda a la coagulación de la sangre.
- La vitamina C tiene un alto contenido en antioxidantes y ayuda a proteger los huesos y el blanco de las perlas. Además, refuerza el sistema inmunitario y ayuda al organismo a curar las heridas mediante la formación de tejido cicatricial.
- El fósforo ayuda a proteger los dientes y los huesos.
- El magnesio relaja los músculos, ayuda a las enzimas a realizar su trabajo y favorece el crecimiento de los tejidos con la ayuda del calcio.
- El potasio es un mineral multitarea. Combate los efectos perjudiciales del sodio y favorece la función muscular y nerviosa. También contribuye al metabolismo y la movilidad de las células y ayuda a que el corazón lata con regularidad.
- La vitamina A (también conocida como retinol o ácido retinoico) contribuye al funcionamiento de algunos de los principales elementos del organismo: el corazón, los pulmones y los riñones. También favorece la inmunidad, la salud ocular y reproductiva y el crecimiento celular.
En realidad, muy bien. Tiene el doble de vitamina A y folato que su prima de moda, la col rizada. De hecho, en lo que respecta a la vitamina A y el folato, la lechuga romana supera a otras verduras, como la rúcula, las acelgas y los berros. (Las espinacas son la excepción, ya que tienen más folato y vitamina A).
Sin embargo, en lo que respecta a la vitamina K y el magnesio, las acelgas superan a todas estas poderosas verduras.
Revoluciona tu plato con la lechuga romana
La ensalada es sólo el principio. La lechuga romana es muy crujiente y aporta una gran textura a los sándwiches, hamburguesas y tacos. Si alguna vez hubo una lechuga hecha para ser triturada, esa es la romana. También añade un toque refrescante al chile y a los salteados, como este salteado de carne picante.
No te preocupes por si se calienta: puede soportar el calor. De hecho, puedes incluso saltearlas como si fueran espinacas. Añade unos piñones a la mezcla para que sea más crujiente y tenga más textura.
Hablando de calor, ¿has probado alguna vez a asar la lechuga romana? Hablando de un #ChefsKiss. Simplemente corte una cabeza de lechuga romana por la mitad y carbonice los lados cortados en una parrilla, como se sugiere en esta receta. Estas verduras asadas a la parrilla son un gran plato de acompañamiento con sólo un chorrito de deliciosa vinagreta y un poco de parmesano rallado, pero también pueden servir como una base inesperada para cualquiera de sus recetas de ensaladas favoritas.
Si estás viviendo esa vida baja en carbohidratos, la lechuga romana es básicamente tu mejor amiga. Esta lechuga es una gran envoltura para sándwiches. Si buscas algo más elegante que tu BLT (extra L en este caso), puedes probar a hacer un wrap de lechuga al estilo tailandés.
Manténgase fresca
A diferencia de algunas verduras, como las zanahorias, que pueden aguantar unos días olvidadas en la nevera, la lechuga romana se disfruta mejor a los pocos días de su compra. Puedes comprar la lechuga romana envasada o sólo los corazones, pero ten en cuenta que las hojas exteriores de color intenso son las más nutritivas.
Como en el caso de todas las lechugas, asegúrese de lavarlas bien en agua fría para eliminar cualquier cosa extraña.