Quería borrar mi infancia solitaria teniendo muchos hijos. Después de criar a 2 hijos en una pandemia, he terminado.
Hace poco le pregunté a mi vecina de al lado si podía oír el caos de mi casa desde la comodidad de su propia residencia. Hizo una pausa antes de responder, con ternura: "Digamos que me alegra mucho que mis hijos ya no sean pequeños".
Como niño que creció sin hermanos en el sentido tradicional, todo lo que quería era estar rodeado del tipo de energía bulliciosa que aparentemente genera mi familia de cuatro miembros. Las familias numerosas, especialmente las formadas por chicos, siempre me han fascinado. Me crié con "Solo en casa", "Cuento de Navidad" y "Malcolm in the Middle", en las que los niños y los hermanos varones vivían aventuras que a mí me parecían inaccesibles.
Pero desde que me convertí en madre hace casi cuatro años, me he dado cuenta de que no tengo el ancho de banda necesario para dirigir una casa llena de niños a la manera de Lois Wilkerson o Kate McCallister. Dos hijos después y dos años de pandemia, estoy dejando atrás mis sueños de juventud.
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Todos mis hermanastros son mayores que yo
Fui criado como hijo único; mis hermanos y hermanas, todos medio hermanos, son entre siete y doce años mayores que yo.
Abría los regalos sola la mañana de Navidad. Mis padres presumían de que era una compañera de restaurante fácil porque me mantenía ocupada con los libros para colorear mientras los adultos hablaban durante horas. Pero no me comportaba excepcionalmente bien: simplemente había aprendido a apoyarme en mi propia compañía.
A menudo miraba a las familias con varios niños y deseaba estar en su mesa en lugar de en la zona de los adultos.
Ahora tengo dos hijos propios
Siempre supuse que tener muchos hijos llenaría ese vacío de toda la vida, pero ahora ya me siento demasiado exigida. Decir sí a un niño suele significar decir no al otro. A mi hijo mayor le han diagnosticado recientemente un trastorno del espectro autista, que requiere muchas terapias del habla y del comportamiento. Llevarle a las citas suele significar dejar al pequeño en casa, lo que inicia una inevitable guerra de resentimientos y celos entre ambos.
En cada excursión al parque, los niños quieren jugar en los extremos opuestos de la zona de juegos para satisfacer sus necesidades individuales de desarrollo, pero no puedo vigilar a los dos de esta manera con seguridad, así que siempre hay alguien que se decepciona cuando digo que debemos cambiar de lugar. Nunca he sido capaz de sincronizar sus horarios de sueño y soy propensa a la petulancia cuando me preguntan por sus siestas y por la hora de acostarse.
No puedo imaginarme coordinar más de lo que apenas puedo hacer ahora.
He oído que algunas personas se relajan más después de tener más hijos porque no pueden pensar en la perfección o la culpa. Sin embargo, no me veo a mí misma menos estresada con más hijos, sobre todo porque más hijos significa más gastos, que sencillamente soy incapaz de solventar por mí misma.
Tener dos hijos me ha mantenido alejada de la vida laboral, y creo que tener otro hijo podría acabar con cualquier posibilidad de reactivar mi carrera después de todos los contratiempos a los que me he enfrentado. Pronto cumpliré 34 años, y con mi historial de abortos, colestasis e hipotiroidismo, otro embarazo podría ser muy arriesgado.
Dejar de tener dos no garantiza necesariamente que mis hijos se sientan desprovistos de una familia numerosa, ni que tener hermanos les garantice la felicidad de por vida. Siempre he envidiado tanto a los niños con hermanos que nunca me he planteado que algunos de ellos pudieran sentirse tan solos como yo porque no había suficiente atención para repartir en casa.
No puedo reescribir mi solitaria infancia teniendo más hijos. Solo puedo invertir en los que tengo y esperar que eso sea suficiente para ellos.
