Ser pansexual no es ser bisexual y otros mitos sobre esta tendencia.
Te explicamos por qué ser pansexual no tiene que ver con ser bisexual y rompemos otros mitos. Porque no, no es lo mismo. La definición de la pansexualidad es clara: la atracción sexual y/o romántica hacia todo tipo de personas independientemente de su sexo o identidad de género. Es decir, no es que te gusten hombres y mujeres, como a una persona bisexual, sino que te gustan las personas independientemente de sus rasgos genitales o de la identidad de género que han escogido. Y no es una tendencia poco habitual o desconocida para el gran público. Las cantantes estadounidenses Milley Cyrus y Janelle Monae se han declarado pansexuales.
Ser pansexual no significa que sientas atracción por todas las personas que te encuentras, eso podría llamarse más bien tener adicción a la atracción o un “colocón de atracciones”. La persona pansexual sabe lo que quiere, sabe lo que le gusta, pero no se limita a que sea de un sólo formato. Es decir, tal vez le gustan las personas rubias. O altas. Esos detalles son los que le atraen, no que la persona rubio o alta tenga que ser un hombre o una mujer. La diferencia la marca que para la persona pansexual hay más donde elegir, no que te sientas atraída por todo el mundo. Las cosas que te atraen de esa persona no sólo tienen que ver con su identidad física, sino con el todo de la persona: sus creencias, sus pasatiempos, intereses…
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Otro de los mitos más habituales en la pansexualidad es que se trata de un capricho o una fase y que una persona pansexual es incapaz de ser fiel. Ambas cuestiones son falsas, ni la pansexualidad es un capricho, ni implica la imposibilidad de participar en una relación monógama como no lo implica el hecho de ser heterosexual, gay, queer o bisexual.