Teñir el pelo de rosa a un perro es maltrato animal
Cuando pensamos en maltrato animal lo primero que nos viene a la cabeza son actos de violencia física. El caso de los galgos en España y cómo se los maltrata y se llega a actos de infinita crueldad cuando dejan de ser útiles para la caza, es desgraciadamente muy conocido. Pero el maltrato animal, algo en lo que parece que la creatividad humana no tiene límites, no sólo es violencia física: consiste en causar cualquier tipo de sufrimiento, explotación o dolor a un animal.
Recientemente ha sido descubierto el caso de dos perros samoyedos en Rusia cuyos dueños decidieron teñir de rosa cuando eran unos cachorros. Sí, sí, su pelaje teñido de rosa por completo para utilizarlos como reclamo y para que los turistas se hicieran fotos con ellos. Al principio sus objetivos eran alcanzados, nadie se podía resistir al color tan llamativo y artificial de los dos perros y no tenían problema en pagar a los dueños a cambio de un recuerdo con ellos.
Sin embargo, como ocurre con cualquier bebé, los cachorros crecieron y se convirtieron en dos perros adultos igualmente rosas pero con un aspecto más raro que tierno y adorable, así que no se les ocurrió otra cosa mejor que abandonarlos a su suerte en el bosque.
El tinte rosa que los había convertido en perros interesantes y luego les había llevado al abandono, les sirvió definitivamente para ser localizados con facilidad en la naturaleza y para que fueran llevados de urgencia a un refugio. Los perros no presentaban signos de violencia pero sí problemas de piel derivados de los tintes químicos.
Los dos samoyedos fueron adoptados y la policía rusa así como grupos animalistas lanzaron avisos a los turistas para que no apoyaran este tipo de atracciones ya que conllevan un delito de maltrato animal y al parecer sus dueños fueron vistos de nuevo con otros cachorritos teñidos de rosa.