Todo lo que necesitas saber sobre el cambio a las lentes de contacto
Para todas mis chicas que no tienen una visión perfecta 20/20: ¿Has pensado en cambiar las gafas por las lentillas? Aunque no hay nada malo en llevar gafas (y pueden ser *definitivamente* un look), tenerlas siempre en la cara puede ser molesto a veces, especialmente si eres deportista. Entonces, ¿cómo se hace el cambio y qué hay que saber? Sigue leyendo para descubrirlo.
Lentes de contacto blandas o duras
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Uno de los factores que debes tener en cuenta con tu optometrista a la hora de elegir las lentes de contacto adecuadas para ti es si serán blandas o duras. Las lentes de contacto blandas suelen ser las más cómodas y fáciles de llevar. Como su nombre indica, están hechas de un material más blando y flexible que se amolda al ojo. Sin embargo, son menos duraderas que las lentes de contacto duras y suelen tener que ser sustituidas con más frecuencia. Las lentes de contacto duras, en cambio, no cambian de forma tan fácilmente, lo que puede ayudar a frenar la miopía o el astigmatismo.
¿Diario, mensual, semanal?
Otra cosa que hay que tener en cuenta es el tiempo que tendrás antes de tener que reemplazar tus lentes de contacto. Las prescripciones más comunes son las lentes de contacto diarias y mensuales, pero también las hay quincenales y otras. Algunos consideran que las lentes de contacto diarias son más cómodas porque no te obligan a limpiarlas todos los días, y pueden ser más convenientes para quienes no usan lentes de contacto de forma habitual. Las lentillas mensuales suelen ser más baratas que las diarias, y también generan menos residuos medioambientales.
Limpieza de las lentes de contacto
¡Higiene, higiene, higiene! Tu optometrista te explicará cómo cuidar tus lentes de contacto, pero ten muy en cuenta tus nuevas responsabilidades a la hora de limpiarlas. Lávate siempre bien las manos antes de manipular las lentes de contacto, limpia el estuche y utiliza las soluciones adecuadas.
Ponerlas y quitarlas
Lo sabemos: aprender a ponerse y quitarse las lentillas parece la parte más aterradora. Tocar el globo ocular puede parecer imposible al principio, pero te prometemos que sólo hace falta práctica. Pide ayuda a tu optometrista e incluso mira algunos tutoriales en YouTube. Puedes hacerlo, y no es algo peligroso ni antihigiénico (siempre que te laves las manos antes).
Gotas para los ojos
Aquí hay otra cosa que debes tener en cuenta: ¿tienes los ojos secos? Si estás siempre pendiente de tus dispositivos y tienes que parpadear constantemente, las lentillas pueden hacer que tus ojos se sientan aún más secos. Pero hay una solución bastante sencilla: las gotas oculares. Hay muchas gotas oculares lubricantes que vienen en envases pequeños y portátiles para que las lleves en el bolso y las saques cada vez que tus ojos necesiten más lágrimas. No dejes que la sequedad ocular te impida probar las lentes de contacto.
Hable con su optometrista
Por encima de todo, ponte en contacto con tu optometrista con todas las preguntas que tengas. Su profesional médico trabajará con usted para determinar qué tipos de lentes de contacto son los más adecuados para *usted* y sus necesidades, y le ayudará durante todo el proceso de aprendizaje de los cuidados posteriores y de la colocación y retirada de las mismas.