¡Alerta de flequillos!
Oh-ohhhhh es empezar a ver flequillos cortados y sentir unas ganas tremendas de acercarme a las tijeras que tengo en el baño, mirarme en el espejo, coger unos mechones de la parte delantera y tris tras ¡nuevo look! me miro, tengo flequillo. Dos semanas después estoy hartita de él. Nueve mese más tarde aún no me puedo hacer una coleta sin tener que recogerme esos pelitos con horquillas.
Es el drama de mi vida y de muchas chicas más (me imagino). Un drama que viene enfatizado por la lentitud a la que me crece el pelo. A paso de tortuga vieja.
Pero si aún así te mueres por tener un flequillo a lo Olivia Wilde, recto y grueso, no te lo pienses más porque este otoño-invierno viviremos el renacer de los flequillos. Atrás quedaron las melenas lacias, rectas, con raya en medio y larguísimas.
El flequillo es el perfecto marco para nuestra mirada, la enfatiza y, el recto, la endurece. Por eso lo aconsejo si eres jovencita, en cambio, para las maduras recomendaría un flequillo ladeado, que rejuvenece y endulza los rasgos.