La verdad sobre los filtros de TikTok
Este ensayo refleja los pensamientos y opiniones del autor.
ADVERTENCIA DE CONTENIDO: Este artículo trata temas difíciles relacionados con la sexualidad, que pueden resultar angustiosos para algunos lectores.
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Desde que TikTok introdujo los filtros, tu FYP probablemente se ha llenado de creadores de contenido perfectamente maquillados. (Sí, estos filtros pueden cambiar cualquier cosa, desde la cantidad de maquillaje que alguien lleva hasta la forma de su cara). Aunque pegar un filtro embellecedor en tu próximo vídeo viral puede parecer inofensivo, en realidad hay varios aspectos negativos en su uso.
En primer lugar, estos filtros pueden deformar seriamente tu rostro. Incluso los que sólo parecen añadir bonitas pecas o un color de ojos más brillante pueden dejarte con un reflejo que tiene una piel más suave, labios más carnosos o una mandíbula más pequeña. ¿Por qué es malo? Puede llevar a los jóvenes a interiorizar esta apariencia y a creer que debe haber algo que están haciendo "mal" si no se parecen a la imagen de su pantalla.
Los filtros pueden conducir a la "dismorfia de los filtros", un término acuñado para representar una obsesión con los defectos percibidos en su cara o cuerpo debido a las aplicaciones de medios sociales, incluyendo Snapchat, Instagram y TikTok. Si ves constantemente una versión de ti mismo que consideras "mejor", es muy probable que acabes resintiendo tu verdadero yo, el que no está editado por los filtros. También puede provocar una sensación de desconexión entre tu yo online y tu yo IRL, debido al constante cambio de apariencia.
Y lo que es más aterrador, la manipulación de las imágenes (y la desconexión que sientes con tu apariencia) está relacionada con mayores índices de trastornos alimentarios y ansiedad.
Si empiezas a sentir que tu autoestima se resiente por culpa de TikTok, no dudes en tomarte un descanso en las redes sociales. Las pausas pueden ayudarte a desarrollarte fuera de una pantalla y a aprender a valorar las conexiones entre tus amigos IRL, tu familia y, por supuesto, tú mismo. Aunque solo sean unas horas, los beneficios son increíbles.
Seamos sinceros: es bastante improbable que los filtros de las redes sociales pierdan popularidad. Pero hay algunas medidas que puedes tomar para solucionar la dependencia de ellos. En primer lugar, si *debes* usar un filtro, limítate a los que dejen claro a tu cerebro que *es* un filtro. Si quieres cambiar el color de tu pelo o ver un vídeo con orejas de gato, adelante, pero asegúrate de apreciar tu aspecto sin filtro. Eres preciosa sin filtro, y ninguna aplicación de las redes sociales puede cambiar eso.
A partir de ahora, piensa que tus vídeos con filtro son más bien cuadros en movimiento al estilo de Harry Potter, en lugar de un reflejo perfecto de ti. Y recuerda hablar con un amigo o terapeuta de confianza sobre cualquier problema que tengas con tu cuerpo. Los filtros son divertidos, hasta el punto en que sientes que son necesarios para ser valorado.
