Por qué hemos dicho adiós a la culpa materna y le instamos a hacer lo mismo".
No sabemos cuántos mensajes recibimos cada día de madres que se desahogan con este sentimiento visceral de culpa materna. Es uno de los temas más recurrentes con las invitadas que entrevistamos en nuestro podcast (Made by Mammas), lo que demuestra que no es un sentimiento exclusivo de las madres que trabajan de 9 a 5, sino algo que todas hemos sentido en distintos momentos de nuestra vida como madres.
Nos sentimos culpables por dejar a nuestros hijos en la guardería, culpables por ir a trabajar, culpables por perdernos la recogida del colegio, culpables por disfrutar de un café sin niños con nuestros amigos y ¡Dios nos libre de haber decidido salir una noche o un fin de semana! Es un campo minado de emociones que revolotean por nuestras cabezas durante todo el día, como una canica suelta en su carrera. Ambos hemos sollozado en el tren hacia el trabajo, después de dejar a nuestros hijos en la guardería, deseando desesperadamente que el tren se detuviera, pero sabiendo que también deseamos seguir adelante con nuestras vidas y que todavía tenemos tanto que queremos lograr.
Por supuesto, los comentarios y opiniones de la sociedad sobre cuándo es el momento adecuado para volver al trabajo no ayudan. Zoe recuerda una actuación como DJ tres semanas después del nacimiento de Luna: "La decisión no se había tomado a la ligera, pero con un profundo deseo de seguir trabajando y una necesidad económica, me encontré detrás de los platos. Esa noche, un post en Instagram llevó a un desconocido a preguntarme dónde estaba mi bebé. ¿Qué pensaba esta persona? ¿Que había dejado sola a Luna? Por supuesto, estaba con Dozza (su padre), pero este tipo de comentarios nos hacen sentir culpables y nos lleva mucho tiempo, trabajo y procesamiento volver a sentirnos bien".
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Sigue existiendo un gran desequilibrio entre los géneros en la forma de ver las funciones de los padres. Georgia dice: "Mi marido James tuvo que viajar por trabajo solo tres días después de que naciera mi primer hijo, Axel. Yo estaba embarazada de 41 semanas y decidí que me indujeran antes del viaje para que él no se perdiera el parto. Sabía lo importante que era este momento en su carrera y por eso estaba más que feliz de que se fuera. Mientras estuvo fuera esos días, nunca se le preguntó dónde estaba su bebé de tres días. Le felicitaron por su nuevo papel de padre y pudo compartir fotos con sus colegas. No digo que no se sintiera culpable, que lo hacía, pero esa culpa no era consecuencia de comentarios ajenos y el apoyo que se le mostró contribuyó a aliviar su sentimiento de culpa en lugar de acrecentarlo".
Han pasado casi siete años y nos complace decir que hemos dejado atrás el llamado "sentimiento de culpa de las madres". Nos preguntamos qué querríamos para nuestras hijas si algún día deciden ser padres. ¿Querremos que se sientan como nos sentimos nosotras? ¿Que son unas personas horribles por alejarse de la familia para quedar con los amigos y, a su vez, llenar su propia copa? Por supuesto que no, esperamos que, cuando llegue el momento, les animemos a seguir disfrutando de sus vidas. Al fin y al cabo, sólo tenemos una. Dicen que la mejor manera de enseñar a un niño a hacer algo es modelando ese comportamiento, así que si nos abstenemos de hacer las cosas que realmente queremos, ¿qué ejemplo estamos dando y qué mensaje estamos enviando a la próxima generación de madres? Algunos dirán que somos egoístas, pero no estamos dispuestas a seguir cargando con nuestra salud mental. Nuestros sueños y deseos siguen importando y nuestra vida sigue siendo importante cuando nos convertimos en padres.
Ahora pasamos nuestro tiempo en el podcast tratando de empoderar a otras madres para que sientan lo mismo. En primer lugar, sí, hemos traído a estos pequeños seres humanos al mundo y sus necesidades siempre serán primordiales, pero tener un hijo no significa perder tu identidad y sacrificar las cosas que amas. Está bien querer estar lejos de tu pequeño; ponerte a ti misma primero por un tiempo, tener una carrera que te encienda, ir a bailar con amigos, tomarte un fin de semana libre de ser mamá y ver un horizonte diferente. Tu pequeño crecerá en independencia lejos de ti, formará vínculos con otras personas, amistades, resiliencia, un sentido más fuerte de sí mismo. En definitiva, a la larga te agradecerán que puedan estar lejos de ti y que tú puedas estar lejos de ellos. Te verán feliz, realizado y capaz de disfrutar de tu vida fuera de la crianza.
Esta vida no es sólo para nuestros hijos, sino también para nosotros.
Zoe y Georgia presentan el podcast Made by Mammas