'Slow eating', o cómo adelgazar comiendo despacio
'Slow eating': lo mejor para adelgazar es comer despacio.
Un estudio realizado entre niños y adolescentes ha demostrado que el tiempo que dedicamos a cada bocado de comida es determinante para nuestra dieta. Cuando se mastican bien los alimentos – unos 30 segundo por bocado – el organismo tiene el tiempo suficiente de procesar la señal de saciedad y enviar a nuestro cerebro la orden de no seguir comiendo. En cambio, cuando comemos muy rápido, nuestro cerebro no asimila que ya no tenemos más hambre.
Según explica Pedro Cabrales, profesor de la Universidad de California en San Diego y uno de los responsables del estudio, “la señal suele tardar unos 15 minutos en llegar, pero comemos tan deprisa, que esa señal no llega a tiempo. ¿Consecuencia? Seguimos comiendo... y engordando”.
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Esta teoría es una de las claves para explicar por qué la comida rápida engorda tanto. Además de tener muchas colorías, esta comida es fácil de masticar y no necesita cubiertos, lo que hace que la comamos en menos tiempo que un plato casero.
En este estudio realizado, los niños que siguieron las órdenes de comer despacio y masticar bien perdieron entre el 2 y el 5,7% de su peso en seis meses. Sin embargo, el resto de niños que siguieron comiendo al mismo ritmo que siempre, aumentaron su peso.
Según los especialistas, es fundamental que 'slow eating' se enseñe desde la infancia, ya que, para introducirlo en nuestra rutina, no hay que cambiar nuestra dieta. Basta con mejorar los hábitos de comida, es decir, comer a la misma hora, en una mesa y, si es con más gente, mejor.
Si estás pensando en perder peso después de las Navidades, puedes empezar por depurar tu cuerpo y, después de una semana, comenzar a comer de forma saludable y más despacio.
Come bien, saludable y apúntate al 'slow eating'.