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Todo lo que necesita saber sobre los antioxidantes

Los antioxidantes son nuestros cruzados número uno contra todo tipo de estrés. Como su nombre indica, evitan que los compuestos se oxiden. Imagine una manzana o un aguacate recién cortados. Tras un tiempo al aire libre, esa carne crujiente y jugosa, o flexible y verde, empieza a dorarse y marchitarse. El metal se oxida, el cobre se vuelve verde. La oxidación da una pátina de envejecimiento a todos los materiales orgánicos, incluido nuestro cuerpo, de dentro a fuera.

La ciencia dice que los antioxidantes son compuestos que absorben el oxígeno, específicamente en estados activados, también conocidos como radicales libres. Curiosamente, nuestro cuerpo crea radicales libres, y es necesario un equilibrio entre ellos y los antioxidantes para un correcto funcionamiento fisiológico, pero ese equilibrio es muy mínimo en el lado de los radicales libres.

Un ensayo de la revista Pharmacognosy Review afirma que "si los radicales libres superan la capacidad del organismo para regularlos, se produce una condición conocida como estrés oxidativo". Ese es el estrés que queremos evitar. El estrés oxidativo contribuye a la pérdida de vitalidad y función de nuestras células. En niveles elevados, el estrés oxidativo daña las moléculas e incluso provoca la muerte celular, lo que es peligroso por varias razones.

MENTE

Cuando pensamos en antioxidantes, solemos centrarnos en la salud de la piel, y es cierto. Sin embargo, nuestra salud cognitiva corre un gran riesgo cuando estamos sobrecargados de radicales libres o sufrimos estrés oxidativo. Nuestras células cerebrales necesitan una cantidad significativa de oxígeno para funcionar correctamente, por no hablar de prosperar.

Cuando los radicales libres hacen estragos en nuestras células cerebrales, las perdemos rápidamente. Esto nos pone en riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, como la demencia, el Parkinson y el Alzheimer. Nuestro cerebro necesita este oxígeno limpio para hacer su desintoxicación diaria de residuos metabólicos, al igual que el resto de nuestro cuerpo.

No sólo las células cerebrales mueren por falta de oxígeno, sino que cuando nuestro sistema metabólico de desintoxicación se ve comprometido, corremos el riesgo de que se acumulen tóxicos -sustancias similares a las placas- relacionados con estas enfermedades, especialmente con el Alzheimer. Los antioxidantes ayudan a prevenir esta acumulación tóxica, permitiendo que nuestro cerebro se desintoxique según lo programado para que podamos pensar y recordar con claridad, y durante el mayor tiempo posible.

CUERPO

El estrés oxidativo también conduce a la inflamación crónica, y viceversa. Las células inmunitarias conocidas como macrófagos producen en realidad radicales libres en el interior del cuerpo cuando luchan contra invasores extraños. Estos radicales libres dañan las células sanas, provocando la inflamación.

Este es un proceso normal y no es algo de lo que preocuparse por sí mismo. Sin embargo, cuando estamos sobrecargados con el estrés oxidativo del medio ambiente, los alimentos procesados, los aceites hidrogenados, los productos químicos y más, puede desencadenar aún más radicales libres, creando un ciclo crónico de inflamación, como un bucle de retroalimentación.

La inflamación crónica es peligrosa porque puede provocar enfermedades graves como la diabetes, la artritis, las enfermedades cardiovasculares y autoinmunes, e incluso el cáncer. Cuando producimos en exceso radicales libres, éstos interactúan con las proteínas y las grasas de nuestra membrana celular, cambiando y dañando nuestro ADN y su función, de forma permanente. Los antioxidantes son nuestra medida de seguridad para evitar que este daño se produzca en primer lugar. Piense en ellos como un seguro para el ADN.

BELLEZA

Si bien la salud de nuestro cerebro y ADN es algo muy importante, los beneficios de los antioxidantes para la belleza son los más conocidos. Dado que el estrés oxidativo y los radicales libres dañan nuestras células, mientras que podemos desarrollar enfermedades y trastornos neurodegenerativos más adelante en la vida, veremos el daño mucho antes en nuestra piel. Los radicales libres son los mayores responsables del envejecimiento prematuro.

Dado que nuestra piel está constantemente expuesta a los elementos, no es sólo lo que comemos lo que provoca el envejecimiento extrínseco de la piel (aunque eso es una parte importante: piensa en los alimentos procesados, los aceites hidrogenados, los pesticidas, los tintes, los cigarrillos, el alcohol, etc.). También debemos preocuparnos por los efectos del sol, la contaminación e incluso el estrés psicológico.

Todos ellos causan estragos en nuestras células al reaccionar con su oxígeno, provocando daños que impiden que los nutrientes lleguen a nuestras células. Veremos flacidez, decoloración, deshidratación, arrugas, aumento de peso y más si no aumentamos nuestra carga de antioxidantes.

Entonces, ¿cómo podemos ser conscientes de la ingesta de antioxidantes? En primer lugar, podemos reducir la comida rápida o los alimentos envasados, ya que los aceites hidrogenados son súper inflamatorios y liberan una tonelada de radicales libres tóxicos en el cuerpo, y son un gran componente de los alimentos basura con una larga vida útil.

Siempre, siempre debemos usar protección solar, evitar fumar y evitar beber en exceso. Hidratarse es clave, pero la forma más fácil de asegurarnos de que estamos comiendo toneladas de alimentos ricos en antioxidantes es buscar el color. Las plantas de color púrpura brillante, amarillo, naranja, rojo y verde están cargadas de nutrientes pero, sobre todo, de antioxidantes. Cuanto más rojos y jugosos, mejor. Y aunque queramos evitar los atracones de alcohol a diario, el vino tinto también tiene algunos beneficios antioxidantes. Equilibrio.

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