El bañador que no hay que ponerse, protagonizado por Kesha

Diréis que nos cebamos en exceso con la pobre Kesha, pero es que tal y como se viste/maquilla/peina la pobre va hecha un verdadero Cristo.

Y es que ella tiene unas ocurrencias, que son demenciales. Con su tipo estilo botijo, ¿cómo se le ocurre ponerse semejante bañador? Después como para tapar un poco el vientre se pone su camiseta de los Pixies. Craso error. Así lo que parece es una mesa camilla.

Y es que no hay nada peor que no saberse vestir, pues en vez de tapar defectos a veces lo que nos provocamos es sacárnoslos a flote. De Kesha tenemos muchas cosas que aprender, pero para no repetirlas.