Estos son los suplementos más importantes para la salud cerebral

"El cerebro está compuesto en un 60% de grasa, y la mitad son ácidos grasos omega-3. Los omega-3 son tan esenciales para el cerebro como las proteínas para los músculos. Los omega-3 son tan esenciales para el cerebro como las proteínas para los músculos. Son los componentes básicos de las conexiones eléctricas del cerebro", explica Bryan.

Una deficiencia de omega-3 puede tener un gran impacto en el funcionamiento del cerebro y se ha demostrado en estudios que se asocia con el TDAH, la mala memoria, el envejecimiento celular acelerado, la reducción del rendimiento deportivo y un mayor riesgo de demencia.

"El magnesio es un nutriente esencial que actúa como guardián para desencadenar la actividad de las ondas cerebrales cuando son necesarias y bloquearlas cuando no lo son", dice Bryan.

Si te falta magnesio, estas ondas cerebrales permanecen activas, manteniendo parte de tu cerebro en "un estado de hipervigilancia."

"La deficiencia de magnesio puede provocar una desregulación de las ondas cerebrales", añade, "que se asocia a trastornos como la ansiedad, el TOC, la depresión, las migrañas y el insomnio".

"La familia de la vitamina B es vital para una salud cerebral y una función cognitiva óptimas", dice Bryan. "Desempeñan un papel importante en la producción de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y el GABA, que regulan tus niveles de energía, motivación, felicidad y sensación de paz. Las vitaminas B también se han relacionado con la prevención del deterioro de la memoria".

El ácido butírico es un ácido graso de cadena corta (AGCC) que procede de las bacterias buenas del intestino que descomponen la fibra alimentaria. Cuando se tiene una deficiencia de ácido butírico, el intestino lucha por mantener equilibrados sus niveles de bacterias, lo que se ha relacionado con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.

"Las investigaciones sugieren que este tipo de proceso de fermentación desempeña un papel importante en el mantenimiento de la barrera hematoencefálica, protegiendo contra las enfermedades neurodegenerativas", comparte Bryan. "Además, sus capacidades antiinflamatorias combaten la inflamación cerebral vinculada a enfermedades como el Parkinson".

Todos sabemos lo importante que puede ser un poco de sol y vitamina D, pero esto es especialmente cierto para el cerebro.

"Cuando nuestra piel se expone a la luz solar, concretamente a los rayos UVB (de la luz solar exterior), desencadena que el cuerpo produzca vitamina D", explica Bryan. "Esto favorece la neurogénesis (el crecimiento de nuevas neuronas), reduce la inflamación y regula los neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, como la serotonina".

Si los niveles de vitamina D son demasiado bajos, pueden producirse una serie de problemas, como la inhibición del deseo y la satisfacción sexuales.

"Aumentar la exposición a la luz solar, especialmente por la mañana, ayuda a sincronizar tu reloj interno o ritmo circadiano, promoviendo una mejor calidad y consistencia del sueño", añade Bryan. "El protector solar no disminuirá estos beneficios, así que asegúrate de llevarlo y mantente a salvo cuando estés al aire libre".