¿Qué sucede en tu cuerpo cuando sientes ira?
No importa cuán "totalmente tranquilo" vivas tu vida, es inevitable que sientas ira de vez en cuando. Ya sea porque te saltaste el almuerzo y ahora estás sintiéndote irritable, o porque acabas de enterarte de que te pasaron por alto en esa promoción muy merecida una vez más, la ira es una emoción natural que nos afecta a todos.
Los estudios han encontrado que las mujeres manejan la ira de manera diferente a los hombres, y esto podría deberse en parte a cómo se percibe a las mujeres cuando están enojadas. Desde una edad muy temprana, las mujeres aprenden que actuar con ira no es una forma aceptable de responder a los sentimientos estresantes porque se considera poco femenino. Este comportamiento aprendido lleva a muchas mujeres a suprimir su ira en la vida adulta, mientras que los hombres a su alrededor pueden expresar abiertamente su agresión y enfado. Contrario a la creencia popular, las mujeres experimentan ira tan a menudo y con la misma intensidad que los hombres.
En lo que respecta a tu ira, hay una delgada línea entre la expresión saludable y poner en riesgo tu salud. Evitar tus sentimientos de ira es peligroso para tu salud física y mental, pero tener demasiada ira también puede poner estrés en tu cuerpo, y con el tiempo, esto puede causar problemas serios. Al igual que cualquier emoción, manejar tu ira se trata de encontrar un equilibrio.
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Cuando algo activa tu ira, tu cuerpo responde físicamente al estrés casi de inmediato. Tu sistema nervioso se activa, aumentando tu frecuencia cardíaca, presión arterial y la producción de hormonas como la adrenalina. La terapeuta de matrimonio y familia Patrice Douglas advierte sobre los efectos duraderos que la ira transitoria tiene en tu cuerpo. "Toma tres segundos para que nuestro cuerpo entre en modo de lucha o huida... nos quedamos en este estado durante aproximadamente 30 minutos cada vez que estamos enojados a lo largo del día," dice. Así que, la próxima vez que tu suegra haga un comentario inapropiado que sepas que te hará sentir mal, recuerda que tu respuesta de tres segundos podría no valer los 30 minutos de estrés que tu cuerpo soporta después.
Un cardiólogo también habló sobre los efectos a largo plazo de la ira en el cuerpo, diciendo que "activamos estos sistemas durante momentos de frustración, ira o rabia que a corto plazo pueden ayudarte en una situación de emergencia. Pero a largo plazo, podría ser bastante perjudicial cómo se activan estos sistemas neurohormonales tan frecuentemente." Aquellos que son rápidos para enojarse se ponen en este estado de estrés a menudo, lo que puede llevar a un aumento de la ansiedad y la depresión, problemas cardíacos, un sistema inmunológico debilitado, mayor riesgo de derrames cerebrales, e incluso una vida más corta.
Aunque enojarse demasiado a menudo puede ser peligroso para tu salud, enfadarse no siempre es algo malo. La terapeuta Charlotte Melki llama a la ira un "guardián de límites" que puede ser útil cuando tu cuerpo necesita reaccionar rápidamente en tiempos de crisis y malestar. Reprimir tu ira mantiene a tu cuerpo en un estado de estrés que puede afectar tu capacidad para digerir adecuadamente, dormir y combatir infecciones.
Afortunadamente para aquellos con poco autocontrol, hay formas de transformar tus sentimientos de ira en una motivación real. La ira nos llena de energía que puede ser utilizada para hacer cosas que hemos estado posponiendo. La próxima vez que tu pareja haga algo que te moleste enormemente, intenta hacer algunas tareas del hogar en lugar de reprendérselo. Te sorprenderá lo mucho mejor que te sientes cuando canalizas tu agresión en esos platos sucios, y luego podrás disfrutar de un espacio limpio mientras te relajas. El ejercicio también ha demostrado ser una excelente manera de expresar tu ira de manera productiva.
Aprender a manejar tu ira también implica decidir cuándo enojarse es realmente una respuesta apropiada. Algunas personas simplemente no valen tu tiempo o energía, y enojarte solo agravará tus problemas. En esos momentos, aprender a dejar pasar tu ira puede llevar a una vida más pacífica. Cuando enojarse no parece ser una opción productiva, los expertos recomiendan tomar largas y profundas respiraciones, practicar técnicas de atención plena y reenfocarte en tus propias necesidades.