Sí, estás consumiendo microplásticos - aquí está la cantidad, y lo que sabemos (y no) sobre el riesgo para la salud humana
Los científicos tienen la certeza de que los seres humanos de todo el mundo ingieren regularmente pequeños trozos de plástico. Ahora, buscan entender cómo la amplia distribución de microplásticos afecta a la salud humana y al medio ambiente en su conjunto.
Comer el plástico de una tarjeta de crédito -una comparación que se suele utilizar para ilustrar las estimaciones de que las personas consumen unos 5 gramos de microplásticos a la semana por término medio- suena poco saludable a un nivel muy visceral. Saber que esos trozos de plástico podrían aparecer después en los pulmones es aún más aterrador.
Las investigaciones sobre la exposición a los microplásticos y la salud humana han confirmado que no todo el plástico ingerido por los seres humanos sale por el otro extremo; al menos en algunos casos, los microplásticos pueden ser absorbidos por el torrente sanguíneo o quedar atrapados en los pulmones.
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Pero los científicos aún no saben cómo afecta la presencia de microplásticos en el cuerpo a la salud en general, especialmente en comparación con la exposición a otras sustancias químicas y contaminantes ambientales.
Los microplásticos están por todas partes, desde los océanos hasta el airePuede que hayas oído que los plásticos nunca se descomponen del todo. De hecho, los residuos de plástico se descomponen lentamente en trozos cada vez más pequeños, creando microplásticos tan ligeros que pueden ser arrastrados por el viento.
Los microplásticos se definen como partículas que no miden más de 5 milímetros de diámetro, lo que equivale al tamaño de un grano de arroz. En los más de 20 años transcurridos desde su denominación, los científicos han encontrado microplásticos en prácticamente todos los entornos, desde los fondos marinos hasta las cumbres de las montañas, informó National Geographic.
Los estudios destinados a localizar los microplásticos y a confirmar la exposición humana llevan una década o más en marcha, según declaró a la revista la científica marina Alice Horton. La fase actual de la investigación debe centrarse en las posibles repercusiones para la salud humana y medioambiental, en consonancia con un llamamiento a la acción de la Organización Mundial de la Salud en 2019.
"Ya podemos dejar de buscar", dijo Horton, que estudia la contaminación por microplásticos en el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido. "Sabemos que, miremos donde miremos, los encontraremos".
Sin embargo, el hecho de que una sustancia química se considere tóxica no significa que los científicos estén seguros de la cantidad de esa sustancia que causaría un daño significativo a una población amplia.
Se han encontrado partículas de plástico en los pulmones humanos, la sangre y la leche maternaEstudios recientes han confirmado la presencia de microplásticos en tejido pulmonar humano tomado 11 de pacientes vivos, así como en la sangre de otro grupo de 17 de 22 personas analizadas.
Antes de eso, los científicos sospechaban que algunos microplásticos permanecen en el cuerpo (aunque muchas partículas salen a través del movimiento intestinal). Un estudio anterior en el que se identificaron partículas de plástico en las placentas de los bebés no nacidos suscitó la preocupación de que se produjeran daños en los fetos en desarrollo.
Sabemos que los plásticos están hechos de sustancias químicas, y muchas de ellas pueden ser tóxicas para el ser humano. De los más de 10.000 ingredientes que se utilizan para fabricar plásticos, los expertos en salud pública están preocupados por más de 2.400 sustancias químicas únicas, y 901 sustancias químicas de esa lista han sido prohibidas en algunos países, según un análisis realizado por investigadores de Suiza.
Aún no conocemos el impacto de la exposición a esos nivelesLos estudios que hallaron microplásticos en los pulmones y la sangre de los seres humanos no tuvieron en cuenta cómo su presencia en el organismo podría repercutir en la salud, en parte porque fueron las primeras investigaciones que confirmaron esa presencia.
Información como los tipos de plásticos, el tamaño de las partículas, la cantidad y el lugar en el que se encuentran en nuestro cuerpo puede ayudar a los científicos a empezar a estudiar los posibles riesgos para la salud asociados a la ingestión o inhalación de microplásticos, según explicaron expertos en contaminación ambiental a Popular Science. Los próximos pasos podrían incluir ensayos para estudiar si las partículas de plástico pueden bloquear los vasos sanguíneos o interferir en el funcionamiento de los órganos.
Sin embargo, uno de los retos actuales de la investigación en salud ambiental es la "enorme cantidad de sustancias químicas a las que estamos expuestos en nuestra vida diaria", dijo la investigadora australiana Denise Hardesty a National Geographic. Determinar qué problemas de salud son causados por los microplásticos en comparación con los PFAS u otras sustancias químicas tóxicas sería una tarea ingente que quizá no sea posible en nuestra vida, si es que alguna vez lo es.