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¿Sufre el síndrome del momento perfecto?

EL SÍNDROME PREMENSTRUAL. No, no la condición hormonal.

Hablamos del síndrome del momento perfecto, y existe. Algo muy real. El síndrome del momento perfecto puede parecer algo inventado y sobre lo que se bromea en una comedia de situación, pero es una afección psicológica.

Es una condición en la que poseemos expectativas extremadamente poco realistas de acontecimientos vitales especiales que son absolutamente inalcanzables.

El síndrome del momento perfecto está relacionado con esos grandes acontecimientos de la vida, como la celebración de una fiesta de cumpleaños, una boda, el nacimiento de un hijo o incluso unas vacaciones. En estos acontecimientos es posible que esperes que las cosas transcurran de forma absolutamente perfecta y exactamente como deseas.

En los últimos tiempos, el síndrome del momento perfecto se ha visto exacerbado por el auge de las redes sociales. Sentimos la necesidad de crear un carrete perfecto o un carrusel de publicaciones para nuestro feed, mostrando a nuestros compañeros lo "perfectas" que son nuestras vidas. Esto se traduce en una mayor presión para que esos acontecimientos especiales de nuestras vidas se desarrollen de forma impecable y sean el pináculo de la perfección, lo cual es poco realista y francamente imposible.

Aunque es normal (¡y saludable!) tener expectativas de cómo van a suceder las cosas en la vida, atarnos a esas expectativas y al resultado no es saludable. Conduce a la ansiedad, la decepción y la depresión.

Aquí está el problema con el SPM: Nuestras expectativas son tan altas de cómo algo debería suceder exactamente, que crean altos niveles de ansiedad en anticipación del evento(s) y profunda decepción/sentimientos depresivos después del evento. Estas expectativas estrictas de cómo tiene que ser un acontecimiento pueden robarnos la realidad y alejarnos del presente porque estamos tan inmersos en el futuro.

El síndrome del momento perfecto es más común entre los perfeccionistas de tipo A que tienen un historial de ansiedad. Estos individuos anhelan el control y, a menudo, se debe a que sienten que tienen que actuar, ser perfectos o comportarse de una determinada manera para ser queridos, aceptados y dignos.

Vale, sufro el síndrome del momento perfecto. ¿Y ahora qué? No desesperes, hay una forma de frenarlo.

Tomar conciencia + explorar.

Puede ser útil explorar la raíz de nuestras altas expectativas poco realistas, nuestra necesidad de perfección y control, y nuestra obsesión por la imagen. Al conectar esos puntos con los patrones de nuestra infancia/educación, podemos tomar conciencia y comprender por qué poseemos el SPM. Esta toma de conciencia es clave para desengancharnos del Síndrome del Momento Perfecto.

Prueba a meditar.

Cuando meditamos, calmamos nuestra ansiedad. Podemos cambiar nuestros patrones de pensamiento -y, por tanto, nuestro comportamiento- más rápidamente. La meditación hace nacer la atención plena y nos ayuda a entrenar nuestra mente para que esté presente en lugar de orientada hacia el futuro. Cuando estamos presentes, planificamos menos, pensamos menos en el futuro y podemos disfrutar de la forma en que son nuestras vidas aquí y ahora. Así nos alejamos del síndrome del momento perfecto.

Sé claro y realista.

Para minimizar el síndrome del momento perfecto, aclara tus expectativas con respecto a una experiencia futura. Escribe un diario sobre ellas. Después, sé muy realista contigo mismo sobre esas expectativas. ¿Son realistas? Hazte preguntas desafiantes como por qué esperas que las cosas vayan de una determinada manera, y qué significaría y cómo te sentirías si fueran de otra manera.

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