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¿Tienes un problema de relación? No te ‘Fextes’ por ello.

Todo comienza con un punto colocad de manera sospechosa. Luego, viene la respuesta pasivo-agresiva. A continuación, la respuesta defensiva excesiva. Antes de que te des cuenta, tus dedos están enfrentándose en una pelea de mensajes en mayúsculas. Por más que intentes volver a la calma, no puedes. Se ha dicho demasiado que no se puede retirar. De repente, estás mirando tu teléfono, preguntándote: “¿Cómo llegamos aquí?”

Probablemente no levantaste el teléfono y pensaste: “¿Con quién puedo pelear hoy por mensaje?” Pelear por texto, o 'fexting', sucede porque estamos siempre mandando mensajes de texto. Las personas suelen entrar en discusiones por texto de forma inadvertida como parte de un intercambio de mensajes más grande, o alguien se comunica específicamente porque está muy molesto.

Pero solo porque puedes 'fexting', no significa que debas hacerlo. Los mensajes de texto se han convertido, en esencia, en el medio de comunicación preferido, pero hay ciertas conversaciones que no se benefician de este medio, y discutir es una de ellas.

Cómo el 'fexting' afecta las relaciones

Cualquiera puede encontrarse discutiendo con otra persona por mensajes de texto: un padre, un hermano, incluso un compañero de trabajo, pero este tipo de peleas tienden a ocurrir con más frecuencia entre parejas. Y una “gran mayoría” de las parejas 'fexting'.

El problema es que la parte del cerebro que se activa cuando las parejas están en conflicto es el sistema límbico —notablemente, la amígdala, que controla la respuesta de lucha o huida. En este modo, “el cerebro no puede diferenciar entre ver un tigre y un conflicto social.” Esto es lo que puede llevar a un argumento de 0 a 100 en una sola oración. Lo que termina sucediendo es que las personas se lanzan al ataque y no pueden detenerse porque se sienten amenazadas.

La naturaleza de los mensajes de texto agrega un desafío adicional porque hay una mayor probabilidad de malentendidos debido a la falta de tono, expresiones faciales, lenguaje corporal y otras pistas contextuales que vienen como estándar en una discusión cara a cara. Las personas pueden interpretar un mensaje de texto de muchas maneras diferentes que incluso pueden activar la respuesta de lucha o huida más rápidamente.

Cuando alguien lee más de lo que debería en un mensaje de texto, puede saltar fácilmente a una conclusión inexacta y, en consecuencia, entrar en modo defensivo. Por ejemplo, podrías decir algo que se consideraría una crítica constructiva en persona, pero cuando la otra persona ve las palabras escritas, solo puede centrarse en las partes negativas. Eso puede llevar rápidamente a cualquier discusión a un callejón sin salida.

Fexting es para siempre. “Es una comunicación que, de alguna manera, está grabada, y las personas pueden volver a leer los mensajes, lo que puede volver a activarlos.”

Puede que pienses que revisar los mensajes más tarde con tu pareja te ayudará a entender cómo se intensificó la situación, pero eso con frecuencia no funciona. “Teóricamente, podrías pensar que generaría una resolución porque tienes 'evidencia fáctica', pero no es así porque es como cualquier comunicación donde la persona filtra en función de su propia experiencia y percepción.”

¿Qué se puede resolver? Tus problemáticos hábitos de mensajería. Aquí hay cómo detener el 'fexting':

1. Presiona pausa.

Si tú y tu pareja pueden llegara a 12 rondas de 'fexting', pero ninguno de los dos se acerca a “ganar” la pelea, es tiempo de dejar los guantes virtuales de boxeo y pedir un tiempo muerto. En lugar de simplemente decir, “estoy en el trabajo, ¿podemos hablar de esto más tarde?”, este enfoque asegura a tu pareja que la relación en general es segura, ayudando así a disminuir la respuesta fisiológica de lucha o huida, pero también permite que ambos frenen y realmente procesen lo que están sintiendo.

2. Tómate 20 minutos (como mínimo) para calmarte.

Presionar pausa te ayudará a salir de ese estado de respuesta fisiológica difusa, pero se necesita cerca de 20 minutos para calmarse por completo. Usa ese tiempo como una guía para practicar la auto-calma, que puede ser tan simple como concentrarse en un proyecto de trabajo o hablar con un amigo sobre un tema completamente diferente. La meta es simplemente distraer tu mente del conflicto.

3. Cierra la aplicación de mensajes. Abre la aplicación de notas.

O, si tienes papel y bolígrafo, guarda el teléfono completamente. Tómate un tiempo para escribir y reflexionar sobre cómo te sientes. “Cuando escribimos las cosas, nos ayuda a procesar.” Además, “tienes que utilizar la corteza cerebral para escribir, lo que ayuda a calmar el sistema límbico.”

4. Repara el conflicto cara a cara.

Puedes empezar a reparar el conflicto por texto (diciendo 'lo siento', por ejemplo) pero “es muy difícil reparar por texto porque pierdes mucho de la comunicación.” Para reparar completamente el conflicto, elige una conversación en persona o, si eso no es posible, una llamada de video o por teléfono.

5. Identifica los patrones que están en juego.

Si tiendes a pelear sobre los mismos temas una y otra vez, puede ser más útil aprender a identificar los patrones negativos que se activan, en lugar de enfocarte en el contenido de este conflicto individual. Juntos, discutan qué sucede cuando una o ambas personas se sienten amenazadas, y luego encuentre algunas formas alternativas de obtener tranquilidad.

6. Decodifica el conflicto.

La forma en que una persona interpreta una afirmación puede importar más que el contenido de la afirmación en sí porque cada interacción funciona a dos niveles. En lugar de centrarte en el contenido de la pelea, acércate a la conversación con curiosidad sobre el “equipaje” que trae tu pareja.

Todas las parejas experimentan conflictos de vez en cuando, pero cómo y cuándo eliges expresar tu argumento importa. Cuando tengas dudas, discútelo en persona. Después de todo, ¿por qué perder tiempo 'fextando' cuando podrías estar reconciliándote?

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