8 señales de que probablemente necesitas terapia, según un psicoterapeuta clínico
Cuando tenía poco más de 20 años, me mudé a otro país con mi pareja. Estaba lejos de mis amigos y mi familia, y fue una época dura con muchos retos.
Fue entonces cuando tomé la decisión de ir a terapia. Si tú también te preguntas si la terapia es una buena idea, aquí tienes algunas señales de que podría ser útil:
Ocupaban tanto espacio en mi mente que era difícil pensar en otra cosa. Cuando te encuentras atascado en un problema, dándole vueltas y más vueltas en tu mente, hablar con un terapeuta puede ser increíblemente útil.
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Llegué al punto de sentirme deprimida. Hablé con un médico que me sugirió medicación. Pero como sabía que mi tristeza se debía a mi situación, pensé que sería mejor probar primero con la terapia.
Si tienes problemas para dormir, sientes un dolor constante, pierdes el apetito o tienes problemas médicos que no tienen sentido, podrían estar relacionados con el estrés emocional. Un terapeuta puede ayudarte a averiguar si lo que te preocupa por dentro también está afectando a tu cuerpo.
Si tienes pensamientos aterradores de hacerte daño, o si empiezas a consumir alcohol o drogas para sentirte mejor o adormecerte, son señales serias de que es hora de hablar con alguien.
Si te encuentras repetidamente en el mismo tipo de relaciones infelices, o la gente dice a menudo que es difícil conectar contigo, un terapeuta puede ayudarte a entender por qué y a cambiar esos patrones.
Algunos signos de necesidad de terapia serán internos. Puede que experimentes pensamientos repetitivos y angustiosos o que de repente te sientas decaído o sientas que no eres el de siempre. A veces, hay una razón obvia para este cambio, y otras veces, no.
Muchas personas acuden a terapia para curarse de experiencias negativas de la infancia, como haber sido abandonados o heridos. Estas experiencias crean reacciones protectoras que eran útiles cuando eras más joven, pero que pueden ser problemáticas en la edad adulta.
Algunos de los problemas a los que te enfrentas pueden ser externos. Por ejemplo, una dinámica familiar difícil, la pérdida de un ser querido o el acoso en el trabajo. Los acontecimientos externos pueden tener un gran impacto en tu salud mental. Si tienes problemas, busca un terapeuta.
Darse cuenta de que puede necesitar terapia es un gran paso hacia la curación. La terapia es un lugar privado para hablar de tus sentimientos, aprender más sobre ti mismo y mejorar en el manejo de los desafíos.
Recuerda que pedir ayuda demuestra fortaleza y es el primer paso para sentirte más feliz y tener más control sobre tu vida.