¿Tiene rosácea? Cómo interviene su salud intestinal

"La rosácea es una afección inflamatoria crónica de la piel que se encuentra entre las cinco enfermedades cutáneas más comunes en adultos", explica Charissa. "Aunque todavía se desconoce la causa exacta de la rosácea, se cree que es el resultado de cambios en el sistema inmunitario, la función de los vasos sanguíneos y un desequilibrio de las bacterias intestinales y cutáneas. Estos cambios pueden provocar sensibilidad cutánea e inflamación excesiva en el organismo."

"De forma similar a nuestro microbioma intestinal, nuestra piel alberga billones de microorganismos que pueden influir en nuestro sistema inmunitario y en la salud general de la piel. Puede sonar un poco asqueroso, pero las bacterias que viven en nuestra piel pueden ser beneficiosas, ya que proporcionan una barrera física contra las bacterias externas que pueden causar enfermedades", explica Charissa.

Pero ése es sólo uno de los factores para una piel sana.

"Las bacterias que viven en nuestro intestino también desempeñan un papel clave. Esta relación puede explicarse por lo que se denomina el eje intestino-piel", afirma Charissa. "El eje intestino-piel se refiere a la comunicación entre el intestino y la piel a través de interacciones con nuestro sistema inmunitario".

Y continúa: "Por ejemplo, un microbioma intestinal bien equilibrado puede ayudar a mantener la salud de la piel al prevenir el crecimiento de bacterias dañinas y disminuir la inflamación."

"En las personas con rosácea, se cree que un desequilibrio de las bacterias intestinales puede provocar una inflamación excesiva, que puede influir en el inicio, la fase y la gravedad de la rosácea", afirma Charissa. "Muchos estudios han descubierto que las bacterias intestinales y cutáneas de alguien con rosácea son muy diferentes de las de alguien sin rosácea".

Por ejemplo, hace referencia a un estudio danés con unos 50.000 participantes en el que se observó que las personas con rosácea tenían una mayor prevalencia de trastornos gastrointestinales, como la infección por H. pylori y el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO).

Infección por H. pylori

"La H. pylori es una bacteria de nuestro intestino que puede causar gastritis crónica, úlceras pépticas y cánceres gástricos", afirma Charissa. "También puede desencadenar inflamación y empeorar los síntomas de la rosácea, como el rubor (calentamiento de la piel) y el eritema (enrojecimiento de la piel)". Las pruebas no invasivas para evaluar si se tiene una infección activa por H. pylori incluyen una prueba de aliento con urea y una prueba de antígenos en heces."

SIBO

"Los individuos con rosácea papulopustular, el tipo de rosácea que causa protuberancias rojas hinchadas y manchas parecidas al acné en la frente, las mejillas, la barbilla, el cuello, el pecho o el cuero cabelludo, pueden tener un mayor riesgo de SIBO", dice Charissa. "Se ha demostrado que el tratamiento del SIBO con antibióticos resuelve completamente o mejora en gran medida la rosácea, con lesiones cutáneas que permanecen en remisión durante más de nueve meses."

Los prebióticos y los probióticos son tus mejores aliados.

"Los prebióticos y los probióticos van de la mano y deben ser una primera línea de acción cuando se trata de mejorar la rosácea a través de una mejor salud intestinal", dice Charissa. "Los probióticos son microorganismos vivos que promueven la diversidad del microbioma intestinal, mientras que los prebióticos actúan como alimento para estos microorganismos, ayudando a promover el crecimiento de un intestino sano."

Afortunadamente, es bastante fácil añadir más prebióticos y probióticos a tu dieta.

• Consume alimentos fermentados. "Incorpora a tus comidas alimentos fermentados como yogur, kéfir, chucrut, kimchi y miso. Estos alimentos son ricos en probióticos, que son bacterias beneficiosas que favorecen la salud intestinal", afirma.
• Incluye alimentos ricos en prebióticos. "Los prebióticos son fibras no digeribles que alimentan a los probióticos. Entre los alimentos ricos en prebióticos se encuentran el ajo, la cebolla, el puerro, los espárragos, los plátanos y la raíz de achicoria. Incorpóralos a tus comidas diarias", sugiere.
• Prueba con suplementos. Si le resulta difícil obtener suficientes probióticos sólo a través de los alimentos, considere la posibilidad de tomar un suplemento probiótico de alta calidad. Busca uno con múltiples cepas de bacterias y un elevado recuento de UFC (unidades formadoras de colonias).

"Aún queda mucho por descubrir sobre el microbioma intestinal, y es importante saber que la investigación no ofrece respuestas exactas por el momento. Aunque sabemos que existe una conexión intestino-piel debido a la mejora de los síntomas que observamos cuando se prescriben intervenciones para mejorar la salud intestinal, se necesitan más investigaciones para concluir con seguridad la relación exacta entre la salud intestinal y la rosácea", afirma Charissa. "Si los síntomas de la rosácea persisten y empeoran, hay que acudir al médico para recibir atención médica aconsejada".