Mi novio rompió conmigo 12 horas después de conocer a mi familia. Fue una conversación telefónica de 5 minutos.
Me llamó a las 11 de la mañana. Le contesté con un jadeante: "Hola. Tengo un plazo de entrega y luego tengo que irme. ¿Qué pasa?"
Apenas 12 horas antes, habíamos regresado de nuestras primeras grandes vacaciones juntos, un viaje a través del país que rompía el presupuesto -al menos para mí, que soy una escritora independiente- y para el que habíamos dejado a los niños con nuestros respectivos ex, y le había presentado a mi hermana y a mi cuñado, las primeras presentaciones familiares que habíamos hecho aparte de los niños y las mascotas.
"Me gusta mucho pasar tiempo contigo, pero quiero hacer mis cosas durante un tiempo", dijo en la llamada. Le pregunté por qué se iba a ir de vacaciones conmigo si estaba planeando esta llamada.
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"Te quiero, pero quiero salir más después de mi divorcio", dijo. Lo que me confundió aún más, porque no me había dado ninguna indicación de esto durante nuestro viaje.
Estuvo encantado todo el tiempo
Durante nuestra visita, admiré la nueva casa de mi hermana, con su nueva instalación de parrilla en el patio trasero.
"Esta es la parrilla que quiero", le había dicho. "No compres una parrilla", me dijo. "Tengo una parrilla. Ven a asar a mi casa". Eso había sido dos días antes de esta llamada.
Comprobó su Fitbit. "Siempre obtengo una mejor puntuación de sueño cuando duermo en la cama contigo", dijo el día antes de irnos.
Dijo que quería pasar más tiempo con mis hijos. Recientemente me había añadido a su plan familiar de Spotify.
"No esperaba esto. Esto me parece muy irrespetuoso después de un año de relación", dije. "Te deseo suerte en todos tus proyectos. Me despido ahora". Y colgué.
Bloquearlo era mi única manera de seguir adelante
Todavía tenía que terminar mi artículo de última hora, ser voluntaria enseñando dos horas de teatro a niños de secundaria, conducir un coche compartido, llevar a los niños a clases de natación, hacer la cena, hacer la hora de acostarse, y luego, horas más tarde, podía permitirme sentir sentimientos.
Tras mi divorcio, me hice una promesa. Dado que estuve inextricablemente unida a mi ex, el padre de mis hijos, durante todos los días de mi vida, juré que nunca más estaría atada a un ex. Después de colgar, bloqueé y borré su número de teléfono.
No puedo "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" de mi cerebro, ni quiero hacerlo. Recordaré al hombre que fue amable conmigo cuando tenía miedo de volver a amar a alguien, que nunca se frustró cuando tuve cuelgues que no eran culpa suya, y que me dijo que era guapa y divertida.
No pedí ni pediré una autopsia. No siento la necesidad de escuchar sus excusas, porque no servirán de nada.
O bien no se trata de mí y me sentiré más desechable de lo que ya me siento, más bien como un artículo que le produjo remordimientos de comprador y que devolvió, o bien me dirá las formas en que le fallé como compañera, insuficiencias que no me dio la oportunidad de abordar durante nuestra permanencia. No me hará sentir mejor, y no quiero que me vea triste.
Es probable que no vuelva a confiar en nadie que diga que me ama. En cualquier caso, en ningún hombre. Fue bastante difícil confiar en él, y no fue más que agradable hasta el final.
Puede que él pensara que era una inmadura por bloquearle, o que nunca llamara, pero el hecho de no tener que volver a escuchar su voz en mi teléfono fue el mejor regalo que me pude hacer.
Además, compré una parrilla.
